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31.7.06 

Articulos de Opinion del dia 31-7-06

¿Sabían que??
Gabriele Zamparini
The cat's dream
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

"Yo, Tsilli Goldenberg, ciudadano israelí
Os acuso a todos vosotros: Ehud Olmert, Primer Ministro de Israel, Amir Peretz, Ministro de Defensa, Dan Halutz, Jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, de estar cometiendo una bestial y bárbara carnicería en el Líbano.
Os acuso de estar cometiendo Crímenes Contra la Humanidad con el pueblo palestino. Os acuso de abandonar a nuestros soldados cuando sus vidas podrían salvarse mediante negociaciones, y os acuso de empezar una guerra injustificable en mi nombre." Tsilli

¿Sabían que "Dana Olmert, la hija del Primer Ministro israelí Ehud Olmert? estaba entre los manifestantes que gritaron eslóganes tales como 'Residentes de Tzahala, hay un asesino en vuestro barrio', y alzaron pancartas pidiendo al gobierno que 'parara el asesinato de civiles', afirmando 'Halutz es un asesino, la Intifada vencerá'? Los activistas también gritaron: 'Vecinos, preguntad a Halutz por qué y a cuántos niños está asesinando'.
¿No lo sabían?
¿Sabían que el "45% de las víctimas asesinadas en el Líbano son niños, y que han huido de allí 500.000 personas tratando de ponerse a salvo y que entre ellas hay 200.000 niños"?
¿No lo sabían?
¿Sabían que Israel ha bombardeado "la red privada de comunicaciones más importante del país, la Lebanese Broadcasting Corporation"?
¿No lo sabían?
¿Sabían que una "gran fábrica de leche situada en la región de la Bekaa, llamada 'Leche Libanesa" resultó completamente quemada y destruida a causa de los ataques directos de la Fuerza Aérea Israelí"? ¿Y que un "almacén de productos alimentarios llamado 'Transmed' en Choueifate, en los suburbios del sur de Beirut, fue destruido en su totalidad?
¿No lo sabían?
¿Sabían que el "Presidente libanés acusó el lunes a Israel de estar utilizando bombas de fósforo durante sus 13 días de ofensiva y que urgió a Naciones Unidas a exigir un inmediato alto el fuego"?
¿No lo sabían?
¿Sabían que "los cuerpos de 13 combatientes libaneses fueron trasladados desde Maroun al-Ras y enterrados en Israel para ser utilizados en futuras negociaciones para la liberación de prisioneros israelíes"?
¿No lo sabían?
¿Sabían que "el ejército israelí ha anunciado que destruirá diez edificios en la zona predominantemente chií del sur de Beirut por cada cohete que se dispare hacia el puerto israelí de Haifa", según comunicó el lunes la radio del ejército?
¿No lo sabían?
¿Sabían del "envío de EEUU a Israel de al menos 100 bombas GBU-28 anti-bunker que contienen cabezas de uranio enriquecido para utilizarlas contra objetivos libaneses que producirán más contaminación tóxica radiactiva y química con los consiguientes efectos adversos para la salud y el medio ambiente por todo el Oriente Medio"?
¿No lo sabían?
¿Sabían que lo que está ocurriendo es "sometido a examen de la censora-jefe militar de Israel, quien, en sus propias palabras, tiene un 'poder extraordinario'? ¿Que ella puede silenciar a cualquier entidad o bloque de informativos y meter a los periodistas en la cárcel"?
¿No lo sabían?
¿Sabían que "según fuerzas de la policía libanesa, los dos soldados [israelíes] fueron capturados en territorio libanés"?
¿No lo sabían?
¿Sabían cómo se originó el mito del "cruce de fronteras"?
¿No lo sabían?
Desde el principio de este nuevo capítulo de la vieja locura de siempre, mucha gente ha estado siguiendo esta vergüenza a través de Internet. Somos un ejército pacífico de ciudadanos del mundo que trabajamos por la libertad y nos movilizamos por solidaridad, por compasión y por profundo amor a la justicia. ¡No por la ira!
Pero incluso entre las elites del movimiento contra la guerra y entre la llamada "izquierda", demasiada gente no se ha parado nunca a escucharnos. Dejemos a los periodistas importantes trabajando para los medios dominantes "pro-israelíes" que todavía creen que "Internet es algo nuevo y también poco fidedigno".
Hace más de sesenta años, George Orwell escribió en "La Libertad de la Prensa" un prefacio a su novela política "Rebelión en la Granja":
"Pero al menos permítasenos no decir tonterías cuando hay que defender la libertad contra el fascismo. Si la libertad tiene algún significado, eso al menos da derecho a decirle a la gente lo que no lo quiere oír. La gente corriente se adhiere aún, aunque sea vagamente, a esa doctrina y funciona en aras de la misma? son los liberales quienes tienen miedo a la libertad y los intelectuales quienes se dedican a marear sobre el intelecto?"
Este Prefacio fue censurado cuando el libro apareció en 1945 y sólo llegó a publicarse el 15 de septiembre de 1972 en The Times Literary Supplement . Veinte años después de que apareciera publicada Rebelión en la Granja.
Texto original en inglés:
www.thecatsdream.com/blog/2006/07/did-you-know.


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ÁNGELES ESPINOSA (ENVIADA ESPECIAL) / EL PAIS
Lunes 31 de julio del 2006.

Las cifras apenas dan idea del horror vivido en Qana. Dos largas horas de bombardeos terminaron derribando el edificio donde 63 personas habían buscado refugio de la aviación israelí durante la noche. Sólo ocho llegaron al hospital. Se han recuperado 54 cadáveres de debajo de los escombros, incluidos 27 niños (15 de ellos discapacitados). El ataque, el más mortífero desde que Israel iniciara su ofensiva contra Hezbolá hace más de dos semanas, hizo revivir a los libaneses la pesadilla vivida en esa misma localidad hace diez años. Qana se ha convertido ya en sinónimo de matanza. El primer ministro, Fuad Siniora, exigió un alto el fuego inmediato y se negó a recibir a Condoleezza Rice entretanto.

Los relatos de los periodistas locales dicen que el edificio tenía tres
pisos. Las imágenes de televisión sólo muestran un montón de escombros sobre el que los servicios de rescate se afanan por sacar a las víctimas. Sin más ayuda que sus manos desnudas, van impacto que han sufrido. Los ocho supervivientes fueron trasladados al hospital gubernamental de la ciudad costera de Tiro, 16 kilómetros al oeste de Qana.

El Ejército israelí responsabilizó de la tragedia a Hezbolá, el movimiento chiíta al que trata de aniquilar desde el 12 de julio. Su milicia secuestró ese día a dos soldados hebreos en las granjas de Chebaa, un pedazo de tierra libanesa que Israel sigue ocupando.

"Hezbolá estaba lanzando cohetes desde Qana", justificó una portavoz del Ejército israelí. Pero según todos los testimonios, el bombardeo israelí fue inmisericorde. Durante dos horas, la ciudad fue atacada por tierra, mar y aire, informó la policía local. Los proyectiles se concentraron en la entrada, el centro y uno de los flancos. Ayer por la mañana, Qana había quedado completamente devastada.

Nada más conocerse la noticia, la memoria de los libaneses retrocedió diez años, al fatídico 18 de abril de 1996 cuando Israel mató a 105 libaneses que se habían refugiado en un cuartel de los cascos azules (FINUL). El primer ministro, Fuad Siniora, calificó la acción de ayer de "uvas del odio" en referencia a la Operación Uvas de la Ira que Israel lanzó en 1995.

"En esta mañana luctuosa, no hay lugar para otra discusión que no sea un alto el fuego inmediato", declaró Siniora durante una alocución televisada a la nación. El mensaje para la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, estaba claro: ya no era bien recibida en Beirut, adonde tenía previsto trasladarse desde Tel Aviv. El primer ministro pidió también una investigación internacional.

En contraste con su habitual moderación, Siniora denunció además "a los criminales de guerra israelíes" y agradeció los sacrificios de Hezbolá en su guerra contra Israel. "Estamos en una posición fuerte y agradezco sus esfuerzos al sayed", declaró refiriéndose a Hasan Nasralá con el tratamiento de respeto que le corresponde como descendiente del profeta Mahoma. El día anterior Nasralá urgió al Gobierno a sacar partido de la firmeza de Hezbolá frente al poderío militar israelí.

Siniora, que pertenece a la coalición antisiria y defiende posiciones
políticas muy alejadas de Hezbolá, había logrado con mucho trabajo el acuerdo de los dos ministros de ese grupo a un plan de su Gobierno para intentar poner fin al conflicto que hoy entra en su vigésimo día. La matanza de Qana ha hecho saltar por los aires todos esos esfuerzos.
Además, el cariz de la agresión israelí está logrando unir a los libaneses de las tendencias más dispares.

Una encuesta publicada el sábado por The Daily Star asegura que un 86,9% de los libaneses de todas las confesiones apoya la resistencia de Hezbolá contra la agresión israelí. El respaldo, que alcanza el 96,3% entre los chiíes, llega al 80,3% entre los cristianos, una comunidad tradicionalmente más crítica con el grupo chií.

Hezbolá, que el sábado amenazó con atacar ciudades en el centro de Israel, advirtió ayer de que "esta horrible matanza, como las otras, no quedará sin castigo". Desde el principio del conflicto, la milicia libanesa ha lanzado cerca de 1.800 cohetes sobre el norte del país vecino.

El Ejército israelí, por su parte, llevó a cabo un centenar de ataques
aéreos sobre el sur y el este de Líbano. Cinco personas de una misma familia, incluidos dos niños, murieron por el bombardeo de su casa en Yarun, al sureste de Tiro. Con ellos fueron 59 los muertos civiles confirmados ayer en Líbano, lo que eleva a 517 los fallecimientos confirmados desde el inicio de las hostilidades. Al menos 74 personas más se encuentran bajo los escombros en el sur del país.

Además, las tropas israelíes siguieron presionado en el sureste, en la localidad de Taibe, tras un fuerte bombardeo artillero y combates con milicianos de Hezbolá.


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Contra la paz
Por Ivan Vanney

Desde Israel, para Socialismo o Barbarie, 29/07/09
En una manifestación por la paz en Haifa, el miércoles pasado, organizada por el Partido Comunista de Israel, los participantes fuimos agredidos físicamente por civiles israelíes y policías. Los mismos que gritan con furor "¡vamos a ganar!", "¡fuerza Israel!", "¡Israel es fuerte!", "¡los vamos a destruir!", etc. Ustedes, argentinos, podrían retroceder 24 años y recordar los emblemas empleados por un gran sector del pueblo argentino refiriéndose a la guerra de Malvinas, pero con la total diferencia de que no es una guerra antiimperialista la iniciada por Israel.
Dicen que es una guerra "por 2 soldados secuestrados y 8 asesinados". Pero la consecuencia es que centenares de civiles israelíes, libaneses y palestinos (y también muchos más y más soldados israelíes) ya perdieron la vida en este conflicto. El numero suma ya cientos de muertos y miles del heridos? el precio ya es alto y cuando termine este genocidio será mas alto aun.
Esta es una guerra realmente estúpida, detrás de ella no aparecen intereses económicos directos y por parte de Estados Unidos, aunque proteja a Israel. Desde algunos nacionalistas sionistas israelíes, como los representados por el Partido Meretz, hasta los izquierdistas, sabemos que esta guerra no ha beneficiado a Israel, que cuenta ya con varias grandes ciudades evacuadas (Kiriat Shmona, Naharya, y ciudades cercanas), con la economía gravemente afectada y con constantes bajas en el frente.
Por todo esto, incluso gente que siente verdadero amor por el Estado de "Israel" se oponen a la guerra y a un sistema social que acentúa cada vez mas el trecho entre ricos y pobres, los derechos entre árabes y judíos, etc. Pero esta no es la mayoría de la población, seguimos siendo una minoría y cada vez más hostilizada.
Pero volviendo a la manifestación del miércoles en Haifa y en donde muchos manifestantes pacifistas fueron agredidos por la mayoría sionista y la policía, algo la torna muy particular. Es la historia de uno de los participantes, de origen árabe y miembro del Partido Comunista. Al mismo tiempo que gritaba junto con los demás manifestantes "¡No mataremos ni moriremos en nombre del sionismo!", su hija de 15 años era asesinada por un misil del Hezbollah, o para ser más claros, por la guerra desatada por Israel. Este compañero y su familia ,como pueden deducir, residen en el Norte y no en el Centro ni en el Sur de "Israel", en donde habita la mayoría de la población que apoya la guerra, por supuesto, la que no se ve (todavía) expuesta al peligro.
Pero al menos este genocidio ?que cuenta con el apoyo del 90% de la población judía de Israel? puede demostrar a la opinión internacional las verdaderas "intenciones de paz" del Estado sionista, tanto con Palestina como con los demás países árabes de Medio Oriente?
Israel no quiere paz, es sabido que Hezbollah tampoco... pero si nos referimos específicamente a las poblaciones civiles de ambos países podemos encontrar la gran diferencia: Líbano quiere paz, el pueblo libanés eligió a un gobierno que decidió no sumarse a la guerra, el pueblo libanés voto por la paz, y el pueblo de Israel, el mío, por la guerra.


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Piden "urgente" una fuerza multinacional para el Líbano, y convocan al Consejo de Seguridad
Asoma el Plan C: Bush y Blair intentan salvar a Israel de la ratonera

IAR?Noticias, 29/07/06
Con las tropas de Israel empantanadas en la ratonera de Líbano, presionados cada vez más por las críticas internacionales, incapaces de esconder una matanza de civiles que ya contabiliza más de 700 muertos, de los cuales 30 por ciento son niños, con el país libanés invadido por una catástrofe humanitaria y con su economía e infraestructura colapsadas, los principales socios estratégicos de los halcones sionistas de Tel Aviv, la dupla Bush?Blair, invasores de Afganistán, invasores de Irak, guerreros "contraterroristas" de tiempo completo, salieron al unísono a pedir el envío "rápido" de una fuerza multinacional a Líbano para controlar los "enfrentamientos" entre Israel y la guerrilla de Hezbolá. Qué hay detrás de la maniobra.
La actitud del presidente de EEUU y del primer ministro británico ejemplifican, más que ningún otro concepto, la verdadera situación de las tropas israelíes que iniciaron el sábado pasado una invasión terrestre, para ?según sus jefes? exterminar los "nidos terroristas" de Al Qaeda en el sur de Líbano.
El Estado mayor israelí anunció el lunes que había tomado la "capital de Hezbolá", pero el infernal circuito (feed back) de la información, que a veces, incluso, supera los intereses de las grandes cadenas, precisó el escenario real: los tanques y blindados judíos se encuentran empantanados en Bint Jebel, sin poder traspasar las barreras y los túneles secretos desde donde la guerrilla libanesa aparece y desaparece asentándole golpes mortales a la infantería judía.
Desde el miércoles pasado, blindados y tropas israelíes, contrariando los informes preliminares del mando israelí que los daban victoriosos, se encontraban empantanados, en los alrededores de Bint Jebel, llamado "la capital de Hezbolá", pueblo de 4.000 habitantes que los blindados y las tropas israelíes no han conseguido tomar hasta el momento.
Ya se habla de una verdadera masacre, donde el mando militar judío esconde sus muertos, pero los reportes no difundidos de las cadenas internacionales y la TV. árabe hablan ya de decenas soldados israelíes muertos y de tanques destruidos en seis jornadas de trampas y emboscadas de las células móviles de la guerrilla libanesa.
Ningún experto se explica como el mando militar israelí decidió dejar la supremacía aérea (donde prácticamente no tiene bajas) para internarse en la ratonera del sur de Líbano a combatir una guerra de guerrillas, casa por casa, calle por calle, con una guerrilla móvil, conocedora del terreno, que cuenta con una intrincada red de túneles, depósitos de armamentos, alimentos y logística que le permiten un desplazamiento relámpago por todo el área.
La "preocupación" enunciada en forma simultánea por Bush y Blair, el carácter de urgente ("rápido") que le otorgan al llamado de una fuerza multinacional para que controle el aérea explica por sí sola la necesidad imperiosa de un repliegue "honroso" de las fuerzas terrestres israelíes metidas en la ratonera de los topos de Hezbolá.
"Acordamos que debe enviarse rápidamente una fuerza multinacional a Líbano", anunció Bush en una rueda de prensa tras reunirse con su par y aliado británico.
Según el mandatario estadounidense, ese contingente "ayudará a acelerar la entrega de ayuda humanitaria, a facilitar el retorno de los desplazados y a respaldar al Gobierno libanés a reafirmar la plena soberanía sobre su territorio y a custodiar sus fronteras.
Se trata del mismo plan B reciclado (despliegue de una fuerza multinacional) que quiso imponer sin éxito la halcona negra de Washington, Condolezza Rice, en la conferencia de Roma, el miércoles, pero esta vez, según parece, sin ninguna alusión al "desarme de Hezbolá", una organización, que gracias a la invasión judía, cobró renovada fuerza política y social en Líbano.
El presidente estadounidense, que reiteró su posición a favor de una paz "duradera" en Oriente Medio, confirmó que la secretaria de Estado Condoleezza Rice viajará de nuevo mañana, sábado, a la región para tratar de convencer a los dirigentes israelíes y libaneses de que deben trabajar por una "paz duradera" y la estabilidad de ambos países.
Blair, por su parte, afirmó que la actual situación en Oriente Medio es "una tragedia. Para Líbano, para Israel y para toda la región en general" y precisó que la solución pasa por tres pasos fundamentales que no detalló.
Hay que acotar que en la "tragedia" enunciada por Blair, Líbano, un país sometido hasta hoy a 16 jornadas de bombardeos ininterrumpidos, vive una tragedia humanitaria de proporciones, con más de 700 muertos, con miles de heridos y desaparecidos, con su economía e infraestructura destruidas, mientras que Israel (el país agresor) ha sufrido la baja de 70 personas, la mayoría soldados muertos a mano de la guerrilla de Hezbolá.
También Blair se refirió a la nueva visita de Rice a la región (una especie de Plan C) con "un paquete de propuestas" para tratar de que israelíes y libaneses lleguen a un acuerdo sobre lo que hay que hacer para frenar la escalada militar agresora a la que llaman "crisis". (Ver: La derrota militar de Israel en Líbano y la guerra entre "halcones" y "moderados" en Tel Aviv).
Blair precisó que la segunda etapa, después del viaje de Rice, es la reunión del próximo lunes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de la que Blair espera que surja el envío de una "fuerza de estabilización internacional" a territorio libanés.
En tercer lugar el primer ministro británico subrayó la necesidad de contar "cuando antes" con una resolución de Naciones Unidas que establezca el marco para el "cese de la violencia", en el cual seguramente la sociedad Washington?Tel Aviv?Gran Bretaña va a tratar de incluir el "desarme de Hezbolá", un de los objetivos centrales de la invasión judía a Líbano.
No obstante, Blair precisó que nada de esto funcionará si no se toman "las medidas necesarias para evitar que (la crisis) ocurra de nuevo", con lo cual obviamente intenta reforzar la idea de que nada funcionará sin la destrucción de la estructura militar de Hezbolá.
Hay que tener en cuenta, según ambos socios del Estado judío, que la violencia actual se enmarca en una situación que afecta a toda la región y en la que también juegan un papel muy importante otros países, como Siria e Irán.
Como se puede apreciar, y habiendo fracasado el Plan A militar, y el Plan B diplomático en la conferencia de Roma, ahora la estrategia judeo?norteamericana?británica apuesta a la imposición de un "tercer plan", esta vez en el Consejo de Seguridad, para conseguir lo que no lograron hasta ahora: la derrota de Hezbolá y el control político y social de Líbano.
Se trata de un naciente Plan B, a desarrollar sobre las ruinas de Líbano y del vergonzoso fracaso militar de los halcones israelíes alimentados por el lobby judío que controla la Casa Blanca.


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El mito del "triunfo" de EEUU en la conferencia de Roma, la derrota militar de Israel en Líbano y la guerra entre "halcones" y "moderados"
en Tel Aviv
Las claves de la invasión
Por Manuel Freytas

IAR?Noticias, 29/07/06

Ningún analista del sistema (salvo IAR Noticias, que no es del sistema) enfocó los resultados de la conferencia de Roma, el miércoles, como un fracaso de la diplomacia de EEUU para imponer un plan previamente consensuado entre Rice y la plana mayor del Estado judío, sino que, por el contrario, lo interpretaron como "un triunfo" del lobby de presión norteamericano.
La mayoría, interpretó la no imposición de un alto el fuego como un éxito de la presión de EEUU sobre los países y potencias presentes en la conferencia de Roma, sin analizar la trama y el contexto general estratégico de la invasión militar de Israel a Líbano, y el objetivo central que guía a la misma en su desarrollo operativo.
En realidad hay un desarrollo secuencial de los acontecimientos que prueban que el plan agendado por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, no triunfó, sino que, por el contrario, fracasó en la conferencia de Roma del miércoles pasado.
Esto queda en evidencia cuando se analiza el desarrollo, paso por paso, de la escalada militar israelí que ya dejó más de 700 muertos civiles, produjo la destrucción de la infraestructura y de la economía de Líbano, y sumió al país en una devastadora catástrofe humanitaria con cientos de miles de personas huyendo de los bombardeos genocidas del Estado judío.
Veamos un breve desarrollo secuencial táctico de la invasión hasta el momento:
El fracaso del Plan A (la invasión militar)
El 12 de julio Israel lanzó una operación militar a alta escala en Líbano (ataques aéreos masivos complementados, luego, por una invasión terrestre de infantería y blindados) atendiendo a tres objetivos esenciales:
1) la destrucción de Hezbolá y de sus estructuras militares y políticas operativas en Líbano,
2) (como consecuencia de la derrota de Hezbolá) conseguir el control territorial y político de Líbano mediante una ocupación "legal" con las fuerzas de la ONU,
3) en control de Líbano, y destruida Hezbolá, proceder al objetivo encubierto de la operación militar: utilizar a Líbano como plataforma y cabecera de playa para un ataque militar a Siria, en una segunda fase complementaria de la invasión. (Ver: Las claves ocultas de la invasión al Líbano: el objetivo es Siria).
La operación fue diseñada y planeada por los sectores ultra?militaristas de Tel Aviv, en sintonía con los tecnócrata del lobby judío que controla la Casa Blanca y los resortes estratégicos e institucionales de la política exterior norteamericana.
Esta banda de halcones militaristas de Tel Aviv, con radio de influencia en el Likud, en las fuerzas armadas y en complejo militar de Israel, cruza mayor "sintonía" con el lobby judío que controla la Casa Blanca, la Reserva Federal y los resortes claves de la política interna y exterior de EEUU.
Este lobby, dirigido políticamente desde la Casa Blanca por el vicepresidente Dick Cheney, y liderado en la secretaría de Defensa por su titular, Donald Rumsfeld, representa en esencia el interés de las armamentistas, las petroleras y los consorcios de servicios que operan contratos millonarios con el Pentágono estadounidense.
El grupo de neoconservadores (neocons), ejecutor de la línea matriz de la política exterior norteamericana desde el 11?S, defiende abiertamente la intervención militar en todo el mapa de Medio Oriente para eliminar "la amenaza árabe a Israel".
Los neocons del lobby de Washington, como se dijo, sintonizan en la misma frecuencia que el ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, y sus halcones militaristas, cuyo objetivo de máxima (en el cual Líbano conforma solo una fase) es el llamado "plan de remodelación del Medio Oriente".
Este lobby defiende abiertamente la intervención militar en todo el mapa de Medio Oriente para eliminar "la amenaza árabe a Israel" e impulsa "la guerra total" y el cambio de régimen en Irán y Siria bajo el marco de la "guerra contraterrorista? lanzada tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Después de planificar la invasión a Afganistán (bajo el pretexto de destruir a la red "Al Qaeda"), y de la ocupación militar de Irak (bajo el pretexto de terminar con las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein) el lobby judío y los halcones norteamericanos, fortificados por la reelección de Bush,, han puesto la mira en tres países claves: Siria, Líbano e Irán.
Siria ?como ya anticipó el año pasado IAR Notticias? es un objetivo aún más "inmediato" que Irán, dado que el Pentágono necesita neutralizar una posible convergencia masiva de los guerrilleros islámicos (provenientes de Siria y el Medio Oriente) a Irán en caso de que éste sea atacado militarmente por EEUU.
IAR Noticias, en sucesivos informes, viene adelantando que el verdadero objetivo de la escalada militarista de Israel en Líbano es la destrucción de Hezbolá y la preparación de una plataforma de lanzamiento de un ataque a Siria, con una "cabecera de playa" situada en Líbano, Jordania e Irak (las tres fronteras). (Ver: objetivo Siria)
Las ideas fuerza de "Siria protectora del terrorismo de Hezbolá", lanzadas masivamente por medio de consignas periodísticas desde las cadenas norteamericanas, "cierran" con el plan madre del sionismo judeo?norteamericano de Washington fogoneado por la troyka de expertos neoconservadores del lobby judío de la Casa Blanca y el Pentágono.
En esa fuentes y objetivos estratégicos abrevan los halcones israelíes que lanzaron la operación militar de exterminio en Líbano, el 12 de julio pasado, lo que demuestra que la escalada militar a Líbano no fue improvisada ni coyuntural, fue parte de un plan estratégico diseñado a largo y mediano lazo, y cuyo objetivo es el control político y militar de Medio Oriente.
Después de 16 días de bombardeos consecutivos que causaron más de 700 civiles muertos, la devastación de la economía y de la infraestructura libanesa, y una crisis humanitaria que ya suma cerca de un millón de personas huyendo de sus hogares, Israel no pudo conseguir sus objetivos.
No obstante esa masacre militar, los halcones de Tel Aviv no pudieron lograr los dos objetivos prioritarios del Plan A de invasión militar: Destrucción de Hezbolá y control político y militar de Líbano.
Por lo que hubo que implementar un Plan B, que buscaba alcanzar los mismos objetivos, pero por vía diplomática.
El fracaso del Plan B (la vía diplomática)
Tras el enpantanamiento de la invasión militar, la estrategia del eje Washington?Tel Aviv intentó imponer sus objetivos primero, ejerciendo una presión directa sobre el gobierno de Beirut, y segundo por medio de un "lobby de presión" diplomática en la conferencia de Roma, el miércoles pasado, a través de EEUU y Gran Bretaña (aliado estratégico principal de la dupla Washington ? Tel Aviv).
En Beirut, esta semana, Rice ejecutó la primera fase del plan que fracasó con la negativa del gobierno libanés de suscribir un acuerdo del cese del fuego con la aceptación de los tres puntos centrales descriptos del Plan B, que representaban una capitulación de Líbano y una derrota de Hezbolá que no fue aceptado por los propios interesados: Hezbolá y el gobierno de Líbano.
Ante el fracaso de la presión "diplomática" sobre Beirut, Rice y Tel Aviv pasaron a la segunda fase del plan B, diseñando una estrategia para imponerlo en la conferencia de Roma, el miércoles pasado.
Repasemos nuevamente los objetivos, esta vez del Plan B:
1) establecimiento de un cese el fuego ordenado por la ONU,
2) creación de una "franja de seguridad" en la frontera de Líbano con Israel, y despliegue de una fuerza multinacional bajo control operativo de la OTAN,
3) desarme y retiro del sur de Líbano de la guerrilla de Hezbolá ordenado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Si la estrategia de Rice para conseguir los tres puntos del plan (consignados más arriba) triunfaba por vía diplomática en la conferencia de Roma, el Plan B judeo?norteamericano (que sustituía al Plan A del mando militar israelí) hubiera alcanzado su objetivo: Washington y Tel Aviv se hubieran apoderado de Líbano sin disparar un solo tiro más.
Como se sabe, la conferencia de Roma, en su comunicado resolutorio, solo consiguió consenso para un "abstracto" pedido de cese el fuego a futuro, y un, también pedido a futuro, de despliegue de una fuerza multinacional en el sur de Líbano, además de "ayuda humanitaria" para las víctimas.
La decisión de la conferencia no precisó nada sobre el punto esencial, de interés prioritario para la dupla Washington?Tel Aviv: el desarme y retiro del sur de Líbano de la guerrilla de Hezbolá ordenado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta es la prueba más fehaciente de que la estrategia diplomática de EEUU no salió victoriosa de la conferencia en Roma, sino que fracasó estrepitosamente al no poder imponer el objetivo prioritario y central que guió la invasión militar a Líbano.
Esta situación, a su vez, detonaría (a partir del jueves) un nuevo marco de situación internacional en torno a Líbano, y un nuevo escenario de correlación de fuerzas en Israel, donde, a raíz del fracaso militar, comenzó un proceso de guerra interna entre halcones y moderados por el control de los resortes políticos de decisión.
Los emergentes del fracaso militar
El objetivo prioritario del fracasado Plan B en la conferencia de Roma, buscaba conseguir el repliegue "honroso" de las fuerzas israelíes tras el llamado del Consejo de Seguridad a un cese del fuego, convirtiendo la derrota militar (la no consecución del objetivo central de destruir a Hezbolá en 16 día de ataques y bombardeos) en un triunfo militar por vía diplomática.
En el actual cuadro de situación tres causas principales enmarcan la crisis israelí que surgió como consecuencia del fracaso militar y diplomático:
1) El empantanamiento de sus fuerzas terrestres en el sur de Líbano (infantería y blindados), donde han fracasado en el operativo de destrucción de las fuerzas, búnkeres y refugios de la guerrilla de Hezbolá, y están sufriendo severas bajas a mano de la guerrilla irregular.
2) el impacto social, político y económico que están produciendo en la población y en el gobierno israelí los ataques con cohetes de Hezbolá.
3) Las presiones y condenas internacionales que están produciendo las muertes civiles y la destrucción de Líbano por los bombardeos israelíes.
Desde el punto de vista social los cohetes de Hezbolá sobre ciudades israelíes fronterizas está generando entre la población israelí el pánico a los ataques con cohetes que hasta el momento han producido más de 70 muertos entre civiles y soldados. La oposición política culpa de esta situación a la ofensiva militar en alta escala desatada por los halcones militaristas en Líbano, el 12 de julio.
En lo político, el fracaso militar, la no destrucción militar de Hezbolá y su estructura, así como la enorme presión internacional en contra que están generando los asesinatos a civiles, creó una fisura entre los halcones militaristas encabezada por el ministro de Defensa, y la franja moderada de los políticos del Likud y del partido de Olmert.
Los moderados buscan un repliegue honroso de sus tropas en Líbano antes de que sufran más bajas y se empantanen definitivamente en ese país como le está sucediendo a las fuerzas norteamericanas en Irak.
Los halcones militaristas intentan aprovechar el no establecimiento de un alto el fuego en Roma interpretando que la situación representó una "luz verde" para una ampliación de la ofensiva aérea y terrestre orientada a la destrucción de Hezbolá por la vía militar.
Sobre este punto central, profundizar la ofensiva o buscar un repliegue "honroso" gira la actual interna política en Tel Aviv, corazón estratégico del poder israelí.
La estrategia que Rice llevó agendada a la conferencia de Roma, fue consensuada con el primer ministro Olmert y los sectores políticos más moderados, y contó con la resistencia de los sectores ultraderechistas del Likud y de las fuerzas armadas israelíes.
Esto explica porque, el jueves a primera hora, el ministro de Defensa, Amir Peretz, anunció un ampliación de la ofensiva militar en Líbano, aduciendo (falsamente) que la conferencia de Roma le había dado "luz verde" a Israel para continuar hasta el fin con sus operaciones de exterminio de Hezbolá.
Horas después, y como producto de las contradicciones internas entre partidarios de la contraofensiva y partidarios del repliegue militar, surgió otro comunicado oficial, esta vez del gabinete de seguridad de Olmert, anunciando que no se iba a ampliar la ofensiva.
De esta manera, en horas de la tarde del jueves en Tel Aviv,se desmentía el primer comunicado emitido por el sector de los halcones militaristas que hablaba de una contraofensiva a a escala global para acabar con Hezbolá por la vía militar.
Fue un triunfo de la línea "moderada" del Estado judío, en base a una evaluación de las reacciones internacionales de condena y rechazo que está generando la "opción militar" de los ultra halcones, incluso entre países aliados en la ONU, como es el caso de Francia y Alemania, cuyos gobiernos han expresado posturas críticas a la ampliación de la escalada militar.
Y en escenario se plantea la disyuntiva principal: si Israel produce un repliegue unilateral de sus tropas, concede tácitamente la victoria a Hezbolá y a todo el espectro de la resistencia en Medio Oriente y en Gaza, además de fortalecer a Irán y a Siria, países claves en los futuros objetivos de Israel y del lobby judío de la Casa Blanca.
Si, por el contrario, Israel no repliega sus tropas y amplia la ofensiva difícilmente va conseguir los objetivos que en 16 días de bombardeos y acciones militaresde destrucción no pudo conseguir.
Finalmente, y como consecuencia de la lucha interna, el Estado judío parece haber adoptado una posición intermedia: mantener la ofensiva invasora dentro de un statu quo, sin ampliar las operaciones militares, hasta la consecución de una nueva estrategia y un Plan C, que por estas horas los arquitectos judíos de Washington y Tel Aviv parecen no tenerlo.
Estratégicamente las condiciones internacionales variaron hacia dos ejes principales:
1) el fracaso militar y diplomático de la invasión militar fortaleció en lo político interno y en el plano internacional a Hezbolá, que, hasta ahora, emergió como la gran triunfadora enarbolando la causa y la bandera de la resistencia de Líbano invadido por las fuerzas sionistas.
2) A la luz del fracaso de la estrategia diplomática en Roma, ya se conformó un bloque de potencias, por ahora "críticas" a la invasión, que rechazan puntualmente la ampliación de la invasión por aire y por tierra, y cuyos líderes en la conferencia de Roma fueron claramente, Rusia, Francia y Alemania, quienes frenaron el plan de Condoleezza Rice para establecer un inmediato cese del fuego, el desarme y el aislamiento de Hezbolá.
Y aquí hay que aclarar un detalle: ese bloque de potencias occidentales no se opone a un alto el fuego (de hecho lo solicitaron) sino al punto complementario del plan diplomático presentado por Rice en Roma: el desarme y la destrucción de Hezbolá y el establecimiento de una "franja de seguridad" en el sur de Líbano que favorecía la expansión imperial de Israel.
De cualquier manera, ni en Israel ni en el campo internacional existe hoy una estrategia y un plan claro para salir del genocidio militar que ha asesinado indiscriminadamente a civiles y creado una catástrofe humanitaria y económica de dimensiones siderales en Líbano.
Habíamos señalado que una extensión del tiempo en la destrucción militar de Hezbolá iba perjudicar el plan de conquista militar de Israel, con su consecuente derrota en el plano internacioanal. (Ver: Cuál es el plan y qué puede pasar en la invasión terrestre de Israel a Líbano).
Y ese es el marco estratégico que engloba la actual situación de empantamiento de los tanques y la infantería israelí que está viviendo la sensación de estar en una ratonera. Y las evidencias muestran que están en una ratonera.


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Cuál es el plan y qué puede pasar en la invasión terrestre de Israel a Líbano
En una ratonera
IAR?Noticias, 25/07/06

Una avanzada de blindados y soldados israelíes ingresaron al sur libanés en una clásica operación de "testeo" para evaluar las defensas de Hezbolá, con cuyos integrantes mantienen combates en la modalidad de guerra de guerrillas, casa por casa, y calle por calle, donde las fuerzas judías no cuentan con la supremacía de los ataques aéreos. Para los expertos, se trata de una expedición "preparatoria" de una invasión a gran escala, cuyos posibles efectos relatamos en este informe.
Los tanques y soldados israelíes, ingresaron el sábado a territorio libanés, después de que los aviones judíos masacraran durante doce días poblaciones civiles e infraestructuras, dejando más de 370 muertos y miles de heridos.
Un escenario de pelea marcado por las tácticas de guerra de guerrillas, del combate casa por casa, en un teatro de operaciones urbano, donde Hezbolá se maneja en su propio territorio y cuenta con la adhesión de los pobladores, y donde la supremacía aérea y militar de Israel pierde gran parte de su contundencia y efectividad.
Como lo hicieron las tropas norteamericanas en Irak, el ejército judío abandonó la supremacía del aire y se metió en un escenario de combate donde los expertos no le auguran el mismo éxito de destrucción que tuvieron con los bombardeos impunes sobre poblaciones desarmadas e infraestructuras.
El mando militar israelí aclara que no se trata de una "invasión a gran escala", con lo que también coinciden algunos analistas, que ven la incursión terrestre judía como una operación de "testeo de terreno" preparatoria de una ofensiva a gran escala a ser lanzada en las próximas horas. Algo así como tantear la temperatura del agua antes de meterse en el río.
La "argumentación" que esgrime el estado mayor israelí para esta "mini?invasión" por tierra es la de la creación de una "zona de seguridad" en la frontera, para impedir que las columnas de Hezbolá ataquen a las poblaciones israelíes aledañas.
Sin embargo, los especialistas, tanto de Europa como de EEUU, ven, para las próximas horas una operación militar terrestre a gran escala combinada con ataques aéreos masivos y bombardeos navales a objetivos situados en todo Líbano.
Ayer uno de los más influyentes diarios norteamericanos, The Washington Post, señaló que Israel y EEUU planean que una fuerza multinacional integrada por entre 10 mil y 20 mil soldados controle el sur de Líbano, territorio asediado por los ataques de la aviación israelí.
Según el rotativo, los "detalles" de cómo estará conformado ese contingente serán discutidos la semana próxima por la secretaria norteamericana de Estado, Condoleezza Rice, con líderes de las naciones del Medio Oriente.
De acuerdo con el Post, la fuerza multinacional no incluirá efectivos del Pentágono, ya involucrado en la ocupación de Irak, Afganistán y en otros conflictos.
Aunque los expertos ?más allá de lo que sostenga el Post? saben que operativamente las "fuerzas de paz" de la ONU siempre están controladas, en forma directa o bajo cuerda, por oficiales norteamericanos y de las potencias europeas.
Se trata de un objetivo, que IAR Noticias ya había adelantado la semana pasada, a desarrollar luego de que las tropas judías, por aire y por tierra, peinen todo el territorio libanés y destruyan la mayor cantidad de blancos en búnkeres, arsenales, y centros logísticos y organizativos de Hezbolá.
Se trata de una estrategia resumida en el dicho popular de "entro, toco y me voy", donde las tropas judías, a diferencia de las tropas norteamericanas en Irak, ingresan, destruyen lo más posible las estructuras de la resistencia de Hezbolá, y luego, tras un llamado de alto el fuego de la ONU y el anuncio del despliegue de una "fuerza internacional de paz", se repliegan a la frontera.
El retiro de las tropas de Israel y la ocupación del Líbano por una fuerza multinacional (controlada bajo cuerda por EEUU), ese es el "plan", analizado, como siempre a media lengua, por algunos analistas del sistema que cuentan parcialmente el panorama estratégico.
La mayoría de los medios y expertos en EEUU señalan que la escalada militar invasora (a la que llaman "guerra") que Israel libra desde hace doce días contra Hezbolá en territorio libanés, cuenta como nunca con el aval y el visto bueno de Washington, su principal socio y sostén militar.
"Esta vez, el gobierno (de Washington) actúa como si hubiera una identidad de intereses entre Israel y Estados Unidos", comentó MJ Rosenberg, analista de Israel Policy Forum.
"No recuerdo una situación así anteriormente", añadió. "Creo que la visión del mundo de George W. Bush es idéntica a la de Israel (...). En un momento dado, Bush decidió que Israel tenía razón".
Para Steven Cook, del Council on Foreign Relations, la situación actual es comparable al respaldo manifestado por Estados Unidos hacia Israel tanto durante la guerra de los Seis Días, en 1967, como durante la guerra del Yom Kippour, en 1973.
Según este experto, la convergencia de visiones entre Washington y el Estado judío se explica por numerosos intereses comunes, especialmente, por el deseo en neutralizar a Hezbolá, calificado como "el as" del terrorismo mundial por Richard Armitage, el secretario de Estado adjunto para Medio Oriente durante el primer mandato de George W. Bush.
No obstante, y más allá de lo que digan estos analistas del sistema, que ven la "sociedad" EEUU?Israel solamente con implicancia en Líbano, en realidad, la operación militar de masacre y exterminio en territorio libanés es solo la primera fase de un "plan general" cuya próxima escala es Siria, y más adelante Irán.
IAR Noticias, en sucesivos informes, vino adelantando que el verdadero objetivo de la escalada militarista de Israel en Líbano era la destrucción de Hezbolá y la preparación de una plataforma de lanzamiento de un ataque a Siria, con una "cabecera de playa" situada en Líbano, Jordania e Irak (las tres fronteras).
Los jefes militares israelíes no esconden que han ingresado a Líbano para acabar con la guerrilla de la resistencia libanesa y sus campos de entrenamiento, organización y logística.
Pero para un conjunto de expertos ésa es sólo la excusa que tapa el verdadero objetivo que no es otro que el ataque militar a Siria, con Líbano sirviendo como "cabecera de playa".
Así como en Palestina las fuerzas israelíes intentan acabar con el gobierno de Hamás y establecer un régimen dócil a la ocupación, en Líbano intentan liquidar a Hezbolá para después controlar al gobierno libanés y a sus fuerzas armadas.
Sin la presencia de Hezbolá, y con las fuerzas libanesas bajo control operacional de oficiales israelíes y norteamericanos, el Líbano va a servir como nueva cabeza de playa fronteriza para el ataque militar de EEUU e Israel a Siria.
Un plan estratégico que comenzó con la expulsión de las tropas sirias del Líbano adoptada tras la resolución 1.559 del Consejo de Seguridad de la ONU (citada por Bush más arriba) impulsada por EEUU, Francia y Gran Bretaña.
El primer tramo de ese objetivo ?señalan fuentes de inteligencia en Damascco? consistió en la expulsión de las fuerzas sirias del territorio libanés con la complicidad de la ONU y de las potencias europeas.
La operación ?señalan los sirios? fue precedida por operaciones de inteligencia que realizaron la CIA y el Mossad con el asesinato del ex primer ministro Hariri, con el cual se culpó a las fuerzas sirias y se argumentó la resolución de la ONU ordenando su retiro del Líbano.
En la interpretación de la inteligencia siria, la operación con el asesinato de Hariri para culpar luego al gobierno de Damasco situó la primera fase de la operación de exterminio militar que lanzó luego Israel, en Beirut el miércoles 12 de julio.
La impunidad y la baja resistencia a la operación de invasión al Líbano que está en curso, se posibilitó con la maniobra de expulsión de las tropas del gobierno de Damasco, que constituyó la primera fase clara del "Objetivo Siria".
EEUU?Israel propone y Hezbolá dispone
Este sábado, con el ingreso de soldados y tanques israelíes en el sur de Líbano, comenzó la operación de testeo de "resistencia" que el mando israelí va a procesar antes de ordenar la operación terrestre masiva.
Pero el hombre propone y Dios dispone: nadie puede prever con exactitud si las tropas judías van a poder salir del Líbano con la facilidad que está prevista en el objetivo trazado.
Se sabe (por lo menos así lo manifestó su jefe), que Hezbolá, una fuerza de guerra de guerrillas, con alto poder de movilidad, conocimiento del terreno, y en su propio territorio, no va acatar el alto el fuego de la ONU y de las potencias cómplices de Israel y EEUU.
Con lo cual se puede interpretar que, a pesar de que Israel ?siguiendo el plan madre? acate el alto el fuego, las columnas de Hezbolá seguirán sometiendo a las fuerzas invasoras judías a diferentes tácticas de ataques, como atentados, emboscadas, francotiradores, y a operaciones de comandos, con las cuales pueden producir bajas más que importantes y complicar el repliegue de Israel.
En este escenario proyectado, difícilmente los blindados y fuerzas israelíes puedan salir de Líbano con la facilidad que ingresaron, y, si hay matanza de soldados israelíes en la operación, la cuestión interna se les va a complicar a los halcones militaristas de Tel Aviv, ya que dará causa a los que se oponen en Israel a esta invasión terrestre, que no son pocos.
Un punto de importancia clave lo conforma el hecho de que los halcones israelíes enfrentan en esta etapa no solamente la posibilidad de una "ratonera" para sus tropas en el Líbano, sino también a los cohetes que Hezbolá lanza todos los días contra ciudades fronterizas que ya han matado a 37 israelíes, han causado un impacto en su economía y creado un creciente temor entre la población, según informa este lunes The Wall Street Journal, el más influyente diario financiero estadounidense.
"La guerra ha paralizado una gran parte del norte de ese país, forzando el cierre de fábricas, oficinas y tiendas. Se calcula que más de un tercio de los dos millones de personas que viven en el norte de Israel ha buscado refugio en el sur", señala el financiero estadounidense, agregando que esta situación podría llevar a que Israel renuncie a su meta de destruir a Hezbolá.
El otro punto, también central, es que el ingreso del contingente multinacional de "paz" tampoco garantiza que Hezbolá renuncie a la acción militar, y pueda someter a los invasores multinacionales, "legalizados" por la ONU, a la misma estrategia de ataques y de "guerra asimétrica".
Y queda un cuarto factor, también de importancia clave
El mando militar israelí, así lo reconocen sus propios altos jefes, no consiguió con los bombardeos ( y a pesar de haber masacrado población civil y destruido la infraestructura y la economía de Líbano) su objetivo prioritario que era la destrucción de las bases y centros operativos de la guerrilla de Hezbolá.
A raíz de no haberse cumplido ese objetivo, se decidió lanzar una operación relámpago terrestre en alta escala con el propósito de asestar un golpe complementario y demoledor para terminar con Hezbolá o dejarla con su capacidad operativa al mínimo.
Lo que se preguntan los expertos por estas horas es ¿Qué va a pasar si Israel no consigue el objetivo central de exterminar a Hezbolá a las 48 o 72 horas posteriores a una invasión terrestre a gran escala?
Este es el escenario más temible que se plantea para los invasores judíos, ya que una extensión del tiempo de los combates terrestres, en la modalidad de guerra de guerrillas, casa por casa, calle por calle, con los combatientes de Hezbolá apareciendo y desapareciendo sin dejar rastros, puede horadar la moral de los soldados israelíes diseminando entre sus filas el "sindrome Irak".
El otro punto que se plantea en un supuesto escenario de "prolongación" de los combates terrestres, son las reacciones y movilizaciones sociales a nivel internacional que pueden comenzar a presionar sobre los gobiernos ?hasta ahora cómplices silenciosos de la invasión? para que pidan en grupo un cese el fuego sin que Hezbolá sea doblegada, lo cual conllevaría la "derrota" tácita del ejercito invasor israelí.
Lo que, a su vez, conduciría a otro "efecto" secundario: el retraso del ataque militar a Siria planeado como operación complementaria del asalto al Líbano.
La extensión del tiempo y los frentes de conflicto descriptos que acechan a las tropas judías son claves y determinantes para definir una victoria o un Watergate para Israel en esta operación de invasión.
Fundamentalmente la extensión del tiempo de las operaciones, es el flanco débil que algunos expertos ?entre ellos IAR Noticias? ven en esta invasión terrestre planeada en conjunto por el eje Tel Aviv?Washington, que hasta ahora permanece como algunas películas de Hollywood: en suspenso y a la espera del desenlace.


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MEXICO - El conflicto post-electoral y la democracia mexicana
por Amando Basurto

La sociedad mexicana sigue en espera de la resolución, o resoluciones, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que permitan ya sea abrir la puerta a la despresurización del conflicto electoral o, por el contrario, inyectar más presión en el torrente sanguíneo de un país que se vio festejando su democracia antes de tiempo. Tal vez muy prematuramente, precisamente por caer en la falaz creencia de que la transición, que no cambio, acontecida el año 2000 era un signo inequívoco de la democratización de México. Evidentemente, el problema es de origen. Todo depende de cómo es que uno se atreva a definir lo que significa "democracia."
Mientras unos aventuran definiciones "clásicas" de democracia en donde todos los ciudadanos participan como magistrados y ejecutores y se aferran (con razón o no) a un esencialismo participativo y deliberativo, otros pretenden dar extrema flexibilidad a las condiciones y características que una democracia electoral y representativa (moderna y liberal) debiese presentar. Mientras estros extremos conceptuales existan, será posible realizar generalizaciones con el objetivo de hacer uso propagandístico (que no sólo ideológico) del concepto. Por ejemplo, hoy hay quienes se han atrevido a declarar que la resolución del conflicto post-electoral debe ser alejada de toda presión por parte de la "derecha" y de la "izquierda" (de conservadores y liberales al modo de mediados del siglo XIX en México), y que más bien debe de ser regido por principios democráticos, es decir (y es aquí donde reside el problema) con apego a la ley. Este discurso muestra una relación que la mayoría hace entre democracia y legalidad, y que además presupone que la legitimidad es consecuencia de la legalidad. Este es un problema fundamental que analizar en el momento político que México está viviendo: ¿es la democracia un asunto de "apego a la legalidad"? y ¿qué tan distintas son la legalidad y la legitimidad?
El conflicto post-electoral corriente tiene sus anclas hundidas en, por lo menos, tres puntos distintos. Primero, en la forma en que se llevaron a cabo las campañas, especialmente por los partidos de Acción Nacional y de la Revolución Democrática. No sólo es el caso de que éstas no tenían contenido alguno sino que estaban velados por discursos que simplemente descalificaban al contrario. Segundo, sobre las irregularidades que se presentaron durante la jornada misma y que no pueden ser calificadas como fraude hasta demostrar su carácter de dolosas y parciales. Y, finalmente (aunque posiblemente más importante), que las campañas pre- y post-electorales de los partidos han abusado de la división social del país. Porque no es cierto que las elecciones hayan dividido al país como lo vemos hoy, sino que se dedicaron a exaltar a dos Méxicos distintos, a dos Méxicos con necesidades y creencias distintas. Ese México dividido no necesita de avalúo electoral para existir de hecho. Y es este México dividido el que necesita una resolución judicial que muestre no sólo imparcialidad sino que además comprenda que el acontecido no es un proceso electoral en condiciones ideales y que requiere no sólo de la aplicación de la ley sino de importante consideración política.
Es por ello que no comparto la visión de José Woldenberg (REFORMA, 27 de julio de 2006) de que la "auténtica justicia electoral" reside hoy en el perfil legal y no político de la calificación de las elecciones. Las elecciones no son un proceso legal sino político que en ocasiones, como hoy, requieren de decisiones políticas y no de simple apego a la ley. Sin querer esto decir que sean extra- ni supra-legales sino que, haciendo una lectura amplia de los marcos legales, el Tribunal Electoral debe considerar los hechos directa e indirectamente relacionados con el proceso. No se puede pretender -escribe Woldenberg- "suprimir los conflictos electorales" pero lo importante es contar con "una vía y una institución capaz de resolverlos." Sin embargo, no está en manos del Tribunal el resolver el conflicto; su papel es fundamental en la forma en que el conflicto se desarrolla y dirime y en la manera en que la ciudadanía observa una legitima aplicación de la ley. El Tribunal, pues, no puede dejar de lado el contexto político y ocultarse tras la estricta lectura de leyes y estatutos. Aquí reside su verdadera responsabilidad. Por cierto, es necesario apuntar, especialmente para aquellos que hablando de democracia pretenden legitimar al Tribunal como última instancia, que el mismo no es electo democráticamente sino que es conformado por Ministros designados por los Ministros de la Suprema Corte de Justicia que, por cierto también, tampoco son electos. Ciertamente son aprobados por los Senadores, pero eso no es suficiente para una investidura democrática. La legitimidad del Tribunal Electoral depende, por ello, no sólo de su sustento legal, sino fundamentalmente de su actuar político. Este es realmente el desafío que tienen hoy los Magistrados Electorales en las manos.
Por otro lado, uno más de los argumentos que abusan de las (cada vez más) connotaciones del concepto democracia trata de legitimar a toda costa el proceso electoral a través de decir que quienes contaron "voto por voto" en las casillas el 2 de julio no son ni empleados del gobierno ni miembros de un partido. La ciudadanización de las elecciones en México es ahora utilizada como un elemento mayor de la legitimidad de éstas. Si esto fuese cierto los cuerpos (colegiados) electorales estarían integrados sólo por ciudadanos y no se requeriría de la presencia de representantes de los partidos políticos ni en los Institutos, ni en los Distritos, ni en las casillas. La existencia de los representantes deriva de que la "ciudadanización" no es suficiente para garantizar la legalidad y legitimidad de las elecciones. Quienes así lo consideran pretenden hacer creer a todos que los ciudadanos son esencialmente imparciales, como si los ciudadanos no tuviesen intereses partidistas y de todo tipo. A final de cuentas, ¿por qué habría cada uno de nosotros de confiar en aquellos que el Instituto Federal Electoral nombró y (supuesta y en ocasiones mal) capacitó para ser funcionarios de casilla? Esto no significa descalificar la forma en que las elecciones son organizadas, sino reconocer que la previsión de la representación partidista se debe a la necesidad de que haya una regulación de facto. Finalmente las inconsistencias en actas no necesariamente son producto de fraude; de hecho pueden ser simple resultado de descuido, ignorancia, o (en muchos casos) de la mala preparación de aquellos que fueron funcionarios de casilla.
Así pues, ni la "institucionalidad" del IFE y del Tribunal Electoral ni la ciudadanización de las elecciones en México son razones para otorgar cheques en blanco a favor de ningún proceso electoral. Las instituciones no son para solapar sino para construir confiabilidad y certeza política y legal.
Amando Basurto es Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México