Articulos de Opinión 22-5-06
ARTÍCULOS DE OPINIÓN
IRAQ:
Por qué me uní a la insurgencia
Por Brian Conley y Muhammad Zaher
BAGDAD, may (IPS) - Algunos lo llaman terrorista, otros lo llaman combatiente de la resistencia. Un importante miembro de una organización iraquí que pelea contra las fuerzas de ocupación estadounidenses habló con IPS y explicó de qué se trata su lucha.
Abu Ayoub, un bagdadí de 35 años integrante del Ejército Islámico, aceptó reunirse con IPS en el barrio capitalino de Adhamiya.
"Cuando las fuerzas de ocupación entraron a Bagdad mataron a mi hermano en frente de mis ojos. Fue herido y sangraba, pero las fuerzas de ocupación no me permitieron salvarlo. Cuando intenté ayudarlo comenzaron a dispararme, y después de pocos minutos mi hermano murió. Luego de eso, juré luchar contra ellos hasta la muerte", contó.
Muchos grupos de la resistencia han sido identificados desde el inicio de la guerra en marzo de 2003. Se trata de una amplia gama de organizaciones, que van desde el conocido Ansar Al Sunna, en el norte del país, hasta grupos más pequeños como Brigada Venganza, involucrado en el secuestro de Jim Carroll, la corresponsal del periódico Christian Science Monitor.
"Creo que 80 por ciento (de estas organizaciones) son de la resistencia islámica, porque el Islam ordena a los musulmanes luchar contra el enemigo y contra cualquiera que ocupa nuestro país", dijo Ayoub.
Luego de que su hermano fue asesinado, sus amigos lo apoyaron en su decisión de unirse a la resistencia.
"Al principio peleaba en un grupo pequeño. No confiábamos en casi nadie que quisiera unirse a nosotros. Pero ahora, después de tres años de lucha, nos integramos al Ejército Islámico. Ahora todo es organizado, y hacemos buenos planes antes de cada ataque", reveló.
Ayoub explicó que algunos grupos, tanto sunitas como chiitas, sostienen que el tiempo de la resistencia violenta ya pasó. Organizaciones sunitas como el Frente del Acuerdo Iraquí, el Partido Islámico Iraquí y la Asociación de Eruditos Musulmanes ahora promueven un proceso político e incluso participaron de las elecciones de diciembre.
Pero el Ejército Islámico nunca negociará con Estados Unidos ni con el gobierno iraquí, dijo Ayoub a IPS, y subrayó que los únicos que hoy están negociando son los combatientes del partido socialista, laico y panárabe Baath, que mantuvo en el poder al régimen de Saddam Hussein (1979-2003).
"La resistencia del Baath lucha por Saddam, no por el Islam ni por Iraq. Estamos en contra de esto. No son representativos de la resistencia iraquí", añadió.
Abu Ayoub cree que la ocupación no acabará ni a través de un proceso político ni por medios pacíficos. Sólo los iraquíes que luchen podrán liberar a Iraq, afirmó.
"Las fuerzas de ocupación descubrirán luego de esta negociación que nada cambiará. La resistencia crecerá más y más hasta que termine la ocupación. Ellos vinieron por la fuerza, y nunca se irán si no es por la fuerza", agregó.
Ayoub dijo que no estaba autorizado para revelar cómo contactó por primera vez al Ejército Islámico, pero estaba dispuesto a contar algo de su organización.
El grupo "es muy grande y peleamos en todo Iraq. Tenemos representantes en todo el país, pero no conexión con otras organizaciones. Sólo nuestros líderes tienen contacto entre sí. Esto es por seguridad", explicó.
Ayoub dijo que luego de sumarse al Ejército Islámico le fue mucho más fácil recibir apoyo y armas. Hay "personas especiales" encargadas de conseguir el armamento, mientras otros, como él, se dedican a combatir el enemigo, indicó.
Consultado sobre por qué luchaba contra Estados Unidos, contestó: "Quiero que le haga esa pregunta a las fuerzas estadounidenses, no a mí".
"Vinieron del otro lado del mundo y cruzaron el océano para ocupar mi país. (El presidente estadounidense George W.) Bush y (el primer ministro británico Tony) Blair le mintieron a todo el mundo cuando hablaron sobre las armas de destrucción masiva", afirmó.
"Todo el mundo sabía muy bien que sus gobiernos mentían, pero ningún país dijo que no. La mayor parte del mundo los apoyó para que ocuparan mi país", añadió.
Ayoub además rechazó el argumento de Bush y Blair de que el objetivo de la invasión era promover la democracia y liberar al pueblo iraquí.
"No tienen credibilidad. Vinieron a Iraq por muchas razones: para destruir el Islam, robar petróleo, salvar el frente oriental de Israel, controlar Medio Oriente e instalar bases cerca de Irán y Rusia. Quisiera preguntarles: ¿Dónde está la democracia? Tres años de ocupación y la condición de Iraq va de mal en peor", señaló.
El combatiente también criticó a los iraquíes que se sumaron al nuevo ejército y a la nueva policía local.
"No son un verdadero ejército como el que había antes de la ocupación. Las fuerzas extranjeras crearon este ejército para protegerse de la resistencia. Creo que todo iraquí honesto no debería sumarse a esa farsa", afirmó.
Ayoub sostiene que el ejército iraquí está combatiendo contra su propio pueblo.
"Puedes ver lo que hicieron (en la central ciudad de) Faluya. Eran como el brazo de la ocupación. Mataron a muchas personas inocentes, e hicieron lo mismo en otras ciudades de Iraq, como Ramadi, Tal Afar, Hit, Rawa y Haditha. Vayan allí y vean cuántos niños y niñas, ancianos y mujeres fueron asesinados por mano del ejército iraquí", afirmó.
Además, Ayoub cree que la policía en realidad debería llamarse "la milicia".
"Noventa y cinco por ciento de los policías son chiitas y trabajan para la milicia Badr, que defiende los intereses de Irán. Mataron a muchos sunitas sólo porque eran sunitas, para crear tensiones entre ambas sectas y provocar una guerra civil", indicó.
Pero Ayoub cree que no es el momento de atacar a miembros del ejército y de la policía iraquíes. "Primero tenemos que liberar a Iraq de las fuerzas de ocupación y entonces podremos juzgar a cada uno de los que cometieron los crímenes", dijo.
El combatiente está convencido de que no habrá guerra civil tras un repliegue de las tropas extranjeras.
"Controlaremos Iraq y expulsaremos a todas las milicias y a los políticos iraquíes que anduvieron en tanques estadounidenses. Entonces hallaremos muchos políticos honestos que puedan liderar a Iraq", aseguró.. (FIN/2006)
Chile hoy: mapuches presos, Fujimori en libertad
Los presos mapuches son Patricia Troncoso, Juan Huenulao y los hermanos José y Jaime Marileo. Ellos fueron condenados en 2003 a diez años y un día de cárcel por el supuesto incendio de un campo propiedad de la empresa Forestal Mininco. La Justicia chilena también pretende que paguen una indemnización de cerca de 100 mil dólares.
La comunidad mapuche de ambos lados de la cordillera reclaman la liberación de cinco presos políticos que se encuentran detenidos en la cárcel de Temuco, condenados por una ley "antiterrorista" de Pinochet que aún rige en Chile.
En tanto, el gobierno peruano expresó a través de un vocero su preocupación por la libertad otorgada al ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) en Chile, donde se encontraba retenido desde noviembre del año pasado al ser reclamado en extradición por su país.
@DIN, 19 de mayo de 2006 - Para mañana sábado la Agrupación por los Presos Políticos Mapuches, de Chile, ha convocado a una marcha nacional para exigir a los poderes gubernamentales la inmediata liberación de los detenidos. Los presos en la prisión de Angón, en la IX región, al sur del país, son Patricia Troncoso, Juan Huenulao y los hermanos José y Jaime Marileo. Ellos fueron condenados en 2003 a diez años y un día de cárcel por el supuesto incendio de un campo propiedad de la empresa Forestal Mininco. La Justicia chilena también pretende que paguen una indemnización de cerca de 100 mil dólares por los daños.
Organizaciones mapuches se sienten engañadas, ya que el Congreso no ha revisado aún el proyecto de ley para liberar a prisioneros mapuches injustamente detenidos, y anunciaron que las movilizaciones van a seguir. En tanto, el poder judicial decretó la liberación del ex presidente del Perú, Alberto Fujimori, acusado de innumerables fraudes, crímenes y malversaciones a la voluntad popular en su país.
Recientemente los cuatro detenidos mapuches, entre ellos una joven, llegaron hasta el borde de la muerte en una huelga de hambre emprendida como único modo de llamar la atención sobre su situación desesperante en la cárcel de Temuco. La injusticia cometida con esta comunidad pacífica tiene origen en las ambiciones desmedidas de empresas capitalistas internacionales que quieren quedarse con las tierras, que pertenecieron a estas comunidades aborígenes desde milenios atrás.
Aplicando una ley antiterrorista del tiempo de Pinochet, el gobierno chileno actual mantiene en prisión a varios aborígenes mapuches, acusados falsamente de incendiar un bosque de explotación forestal de una gran empresa capitalista chilena.
Fujimori quedó libre por 2.900 dólares de fianza
El ex presidente peruano Alberto Fujimori salió ayer de prisión tras pasar más de seis meses detenido en Santiago de Chile. La Corte Suprema de ese país le otorgó la libertad provisional bajo fianza, después de que su defensa pagase 2.900 dólares.
Tras quedar libre Fujimori, centenares de personas realizaron una bulliciosa protesta frente a la embajada chilena en Perú por su liberación.
La liberación del ex mandatario, que estuvo bajo arresto en la Escuela de Gendarmería de Santiago, se da en el marco de un proceso de extradición por supuestas violaciones a los derechos humanos y corrupción en su país.
La libertad bajo fianza, concedida por cuatro votos contra uno, fue solicitada el miércoles pasado por la defensa de Fujimori, luego de que el juez que sustancia el proceso de extradición, Orlando Alvarez, rechazó otorgar este beneficio en varias oportunidades. Ante eso, la defensa del ex mandatario apeló ante la Corte Suprema.
El canciller peruano Oscar Maúrtua expresó un escueto "obviamente me preocupa", cuando se le consultó sobre el caso del destituido mandatario, que huyó en 2000 a Japón en medio de un escándalo por corrupción.
Los 12 expedientes con que el Estado peruano fundamenta ante la justicia chilena su extradición se refieren a los siguientes hechos:
1- La matanza de 15 personas en Barrios Altos y la desaparición y posterior ejecución de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta.
2- El pago de 15 millones de dólares a su ex asesor Vladimiro Montesinos por concepto de compensación por tiempo de servicios.
3- El pago irregular a los llamados congresistas tránsfugas para que desertaran de sus organizaciones y apoyaran el régimen fujimorista.
4- La malversación de donaciones japonesas a la ONG Apenkai, que dirigían familiares cercanos al ex presidente.
5- La compra irregular de maquinarias chinas.
6- El allanamiento de la casa de Montesinos luego que este cayera en desgracia, sin la presencia de un representante de la Fiscalía.
7- La orden para realizar interceptaciones telefónicas a políticos y principales autoridades del país.
8- La emisión de varios decretos de urgencia con la expresa intención de comprar maquinaria china.
9- La desaparición de la agente de inteligencia Mariela Barreto, y las torturas a Leonor La Rosa y Susana Higuchi.
10- Los desvíos de fondos del Servicio de Inteligencia Nacional a la Casa Militar.
11- El financiamiento al astrólogo argentino Héctor Faisal y la página web Aproved, para difamar a políticos y opositores al régimen.
12- El pago de dos millones de dólares que adeudaba el publicista Daniel Borobio al sistema tributario nacional.
20.05.06
Contra el TAV, la lucha y no la negociación
x Iñaki Urrestarazu - miembro de la Asamblea contra el TAV
El Tren de Alta Velocidad es una pieza del puzzle neoliberal capitalista e inseparable de él. En el proceso de la globalización existe una imbricación profunda entre el modelo productivo, tecnológico y de consumo, las estructuras territoriales, los procesos de urbanización, el sometimiento de los países del Sur y el modelo de movilidad y de transporte.
El modelo neoliberal es un todo, en el que las partes son inseparables. Veamos esta cuestión con más detalle, especialmente en lo que concierne al transporte.
Antes que nada hay que decir que el poder de las administraciones autonómicas de Euskal Herria, al igual que el de los Estados español y francés, que muchos sectores de la oposición y que toda la derecha europea, tanto la tradicional como la socialdemocracia, participan profundamente de la ideología y del proyecto neoliberal, y que apuestan firmemente por la integración en el gran mercado europeo capitalista en expansión y en el mercado cada vez más globalizado del planeta. El protocolo sobre el TAV firmado recientemente entre Fomento y el Gobierno vasco, así como los deseos de conexión con la «Y vasca» del Gobierno navarro de UPN, son un botón de muestra.
Una de las características más destacables de la globalización es precisamente la enorme expansión de los mercados, en concordancia con una producción y consumo masificados y sin límites, lo que genera un tremendo incremento de la movilidad motorizada para el transporte de mercancías y de personas. En Euskal Herria como en el resto, se trata de comprar de importar todo lo más posible, tanto de la UE como de otros mercados del Norte o del Sur, para alimentar un fabuloso negocio de intermediación (supermercados, concesionarias, industria, superpuertos, redistribución comercial...) y para suministrar a la espiral creciente del consumo, sin que importe para nada la destrucción con ello del tejido económico más tradicional y más ligado a la historia, tradiciones, recursos y modos de vida del país (agricultura, ganadería, pesca, comercio, pequeña producción...).
Se trata de atraer el máximo de capitales internacionales a quienes se les otorga toda clase de facilidades, comodidades y atractivos (Guggenheim, Palacio Euskalduna, puertos deportivos...), aunque no importe que destruyan trabajo local o creen dependencia e inestabilidad bajo la amenaza de la deslocalización o se lleven la mayor parte de sus beneficios de vuelta. Hay que ser «competitivos» en el mercado europeo e internacional, aunque muchos desaparezcan en el intento, vender y exportar lo más posible para negocio de algunos, crear una Euskadi que sea «potencia económica» con peso específico en el nuevo marco europeo. Es preciso también que Euskal Herria se convierta, como en tiempos pasados, en un nodo de especial importancia en el tráfico internacional de mercancías y personas, porque de ello siempre caen sabrosos beneficios. En suma, que la política de creación o ampliación de grandes infraestructuras de transporte con salida internacional en conexión con vías internas, tales como el TAV, grandes autopistas, superpuertos, plataformas intermodales, aeropuertos, y la política de fomentar al máximo el tráfico internacional de mercancías, es una prioridad absoluta del poder, una parte esencial de su estrategia e intereses. Y por tanto, no negociable.
El fenómeno de la descentralización de determinadas fases de la fabricación de un producto en diferentes lugares más o menos alejados entre sí para luego transportarlos a la planta ensambladora o al centro de distribución característicos de la globalización incide una vez más en la expansión incontrolada del transporte. Todo ello significa que las distancias se alargan de una manera impresionante; lo que antes se producía en un espacio reducido, ahora requiere de muchísimos kilómetros de desplazamientos hasta llegar al producto acabado y hasta que éste se ponga en manos del consumidor. Lo que decimos es aplicable a la industria automovilística, aeronáutica, como a prácticamente todos los ramos de la industria y, de lleno, a Euskal Herria. Así que, dentro de este modelo, si el transporte falla, toda la actividad productiva se paraliza y los productos no llegan al consumidor. Lo cual, tampoco es negociable para el poder.
Otro tanto podríamos decir respecto del papel asignado al Sur. La función que se le atribuye es la de suministrar barato los recursos energéticos (gas natural, petróleo...), minerales y de otro tipo (madera...) que las empresas y negocios del Norte precisan, así como los alimentos y la producción subsidiaria a precio de ganga (ropa...) con destino a los grandes supermercados (Eroski entre otros) y al insaciable consumo y modo de vida de los países industriales «desarrollados» entre los que se encuentra Euskal Herria. Una vez más vemos, pues, lo que representa el transporte en nuestra sociedad de consumo.
La urbanización y metropolización galopante que vivimos demuestra de nuevo que la movilidad extrema es consustancial al sistema neoliberal, todo lo contrario de proximidad y cercanía. Sabemos que, históricamente, la urbanización, la creación de ciudades y grandes aglomeraciones, está muy relacionada, además de con la maquinización, con la liquidación de los modos de vida agrícolas, con la «liberación» de la mano de obra necesaria para la industria a base de despojarles de sus recursos y medios de subsistencia. Así ha sido la historia de la gran concentración demográfica producida, por ejemplo, en la Margen Izquierda del Nervión en el transcurso de las diversas fases de industrialización habidas. Hoy las cosas siguen igual aquí, en Euskal Herria, y mucho más a nivel planetario, en que la población tiende a concentrase masivamente en gigantescas aglomeraciones urbanas, donde ya reside más de la mitad de la población mundial. De hecho en torno a las urbes existen grandes intereses. Las concentraciones urbanas, por su demografía abundante, son mercados privilegiados de todo tipo y que siempre inducen a la movilidad.
Mercados de consumo de alimentos que tienen que ser traídos de fuera, abastecidos en cada vez mayor medida por los grandes supermercados que a su vez se ubican en los extrarradios, incitando mayor movilidad motorizada. Mercados energéticos y de coches. Objetos del fabuloso negocio de las inmobiliarias y de la especulación de viviendas y suelos, con los nuevos modelos de urbanizaciones de poca densidad como los adosados, que no sólo absorben gran cantidad de territorio, sino que impulsan todavía más las carreteras y el coche. Espacios que alejan la ubicación del trabajo y de la vivienda; que concentran la burocracia y los parasitarios servicios banca, seguros..., y la industria del ocio, que obligan a trasladarse a la gente de los alrededores a la urbe; y que asimismo propulsan un infinito tráfico turístico de fin de semana hacia segundas residencias escapando de las degradantes condiciones de vida de la ciudad. Territorios que en su proceso de ampliación constante, de especialización de actividades, obligan a la movilidad infinita y constante. Esta es la política que corresponde a los intereses del poder, lo que se plasma en los Planes Territoriales Parciales: la eurociudad Donostia-Baiona, el Bilbao Metropolitano, la gran urbe de Iruñea...; un continuo habitado y urbano, inhabitable, infestado de coches, pero generador de grandes beneficios.
Los poderes autonómicos y el Gobierno vasco en concreto, en su política de impulso al movimiento de mercancías y personas, apoya todas las formas de transporte. Por carretera o autopista coches y camiones, por ferrocarril, por trenes de alta velocidad personas, mercancías e incluso camiones cargados, por vía aérea y marítima incluido el tráfico marítimo de camiones. Todas las formas de transporte son en principio complementarias para ellos, porque el volumen de mercancías y de personas en movimiento requiere del concurso de todos los sistemas de transporte. Por otra parte, el transporte por carretera es uno de los sistemas privilegiados, a pesar de declaraciones al viento en favor del tren, y no por casualidad. En efecto, el transporte por carretera está ligado a grandes intereses: las constructoras de autopistas y la industria del cemento, la automovilística y todas sus industrias y actividades anexas y dependientes, así como el sector de la energía, especialmente del petróleo, que se alimenta del transporte. Las fantasiosas pretensiones de hacer pasar el transporte de la carretera al tren, en el sistema actual, se encuentran ante un muro absolutamente infranqueable, por más que se argumente la enorme ocupación del territorio y de las tierras agrícolas que al poder le dan igual, los problemas de tráfico o una pretendida movilidad más racional. Este tipo de transporte forma parte indisoluble del sistema. Es más, el transporte público, que con tanto empeño defienden algunos, en realidad juega un papel concreto dentro del sistema actual: el de no sobrecargar el tráfico, y el de no colapsar aún más el transporte, que tan importante es para ellos.
Los intentos de poner parches no conducen a ningún sitio y el sistema tampoco está por admitir parches en su montaje. De lo que se deduce que las pretensiones negociadoras sobre el tema están abocadas a la nada, por mucha participación popular que pueda haber. No podemos ni debemos ponernos a gestionar y encauzar los desaguisados que crea el sistema sin eliminar sus causas. Ni tampoco creer que vamos a poder cambiar el sistema a base de negociaciones sucesivas. De lo que se trata es de paralizar mediante la lucha, lo más amplia y autoorganizada posible no hay otra manera, el máximo de salvajes proyectos en perspectiva, entre otros el TAV. Y al mismo tiempo ir creando las bases reales para reducir esa enorme movilidad de mercancías y personas, cuestionando el sistema tecnológico, productivista y consumista, la expansión de los mercados, la metropolización, la explotación del Sur y propiciando lo cercano, lo propio, lo necesario, lo pequeño, lo comunitario...
Un gran desafío, desde luego, en el que habrá que trabajar y profundizar mucho, pero que se asevera el único camino. Como no se lograrán esas bases reales es con declaraciones retóricas, ni con negociaciones que habrían de implicar, por otra parte, rehacer todo el entramado económico-social, ya que el poder no va a ceder cuestiones esenciales por negociación. Lo que pueden hacer,es implicarnos a cambio de pequeñas mejoras en lo sustancial de su estrategia. Hay corrientes ecologistas y eminentes profesores de universidad que creen que se puede lograr la sustentabilidad sin cuestionar las bases del sistema, es decir, dentro del sistema, en la línea del llamado ecocapitalismo o capitalismo verde. A base de más estado, impuestos, «control» de las multinacionales y pretendidas racionalizaciones del sistema. Será que tenemos conceptos diferentes de sustentabilidad. Esta, en el fondo, es un concepto que se presta,vaciada de contenido económico y social, a perpetuar el sistema. De hecho, el poder, el Gobierno vasco en concreto, no se cansa de adornar con esta palabra todos sus proyectos. Algo les dará pie a ello. No hay más que ver, por ejemplo, el reciente artículo de la Consejera de Transportes del Gobierno vasco, Nuria López de Guereñu, un auténtico monumento a la mentira.
Iñaki Urrestarazu - miembro de la Asamblea contra el TAV
IRAQ:
Por qué me uní a la insurgencia
Por Brian Conley y Muhammad Zaher
BAGDAD, may (IPS) - Algunos lo llaman terrorista, otros lo llaman combatiente de la resistencia. Un importante miembro de una organización iraquí que pelea contra las fuerzas de ocupación estadounidenses habló con IPS y explicó de qué se trata su lucha.
Abu Ayoub, un bagdadí de 35 años integrante del Ejército Islámico, aceptó reunirse con IPS en el barrio capitalino de Adhamiya.
"Cuando las fuerzas de ocupación entraron a Bagdad mataron a mi hermano en frente de mis ojos. Fue herido y sangraba, pero las fuerzas de ocupación no me permitieron salvarlo. Cuando intenté ayudarlo comenzaron a dispararme, y después de pocos minutos mi hermano murió. Luego de eso, juré luchar contra ellos hasta la muerte", contó.
Muchos grupos de la resistencia han sido identificados desde el inicio de la guerra en marzo de 2003. Se trata de una amplia gama de organizaciones, que van desde el conocido Ansar Al Sunna, en el norte del país, hasta grupos más pequeños como Brigada Venganza, involucrado en el secuestro de Jim Carroll, la corresponsal del periódico Christian Science Monitor.
"Creo que 80 por ciento (de estas organizaciones) son de la resistencia islámica, porque el Islam ordena a los musulmanes luchar contra el enemigo y contra cualquiera que ocupa nuestro país", dijo Ayoub.
Luego de que su hermano fue asesinado, sus amigos lo apoyaron en su decisión de unirse a la resistencia.
"Al principio peleaba en un grupo pequeño. No confiábamos en casi nadie que quisiera unirse a nosotros. Pero ahora, después de tres años de lucha, nos integramos al Ejército Islámico. Ahora todo es organizado, y hacemos buenos planes antes de cada ataque", reveló.
Ayoub explicó que algunos grupos, tanto sunitas como chiitas, sostienen que el tiempo de la resistencia violenta ya pasó. Organizaciones sunitas como el Frente del Acuerdo Iraquí, el Partido Islámico Iraquí y la Asociación de Eruditos Musulmanes ahora promueven un proceso político e incluso participaron de las elecciones de diciembre.
Pero el Ejército Islámico nunca negociará con Estados Unidos ni con el gobierno iraquí, dijo Ayoub a IPS, y subrayó que los únicos que hoy están negociando son los combatientes del partido socialista, laico y panárabe Baath, que mantuvo en el poder al régimen de Saddam Hussein (1979-2003).
"La resistencia del Baath lucha por Saddam, no por el Islam ni por Iraq. Estamos en contra de esto. No son representativos de la resistencia iraquí", añadió.
Abu Ayoub cree que la ocupación no acabará ni a través de un proceso político ni por medios pacíficos. Sólo los iraquíes que luchen podrán liberar a Iraq, afirmó.
"Las fuerzas de ocupación descubrirán luego de esta negociación que nada cambiará. La resistencia crecerá más y más hasta que termine la ocupación. Ellos vinieron por la fuerza, y nunca se irán si no es por la fuerza", agregó.
Ayoub dijo que no estaba autorizado para revelar cómo contactó por primera vez al Ejército Islámico, pero estaba dispuesto a contar algo de su organización.
El grupo "es muy grande y peleamos en todo Iraq. Tenemos representantes en todo el país, pero no conexión con otras organizaciones. Sólo nuestros líderes tienen contacto entre sí. Esto es por seguridad", explicó.
Ayoub dijo que luego de sumarse al Ejército Islámico le fue mucho más fácil recibir apoyo y armas. Hay "personas especiales" encargadas de conseguir el armamento, mientras otros, como él, se dedican a combatir el enemigo, indicó.
Consultado sobre por qué luchaba contra Estados Unidos, contestó: "Quiero que le haga esa pregunta a las fuerzas estadounidenses, no a mí".
"Vinieron del otro lado del mundo y cruzaron el océano para ocupar mi país. (El presidente estadounidense George W.) Bush y (el primer ministro británico Tony) Blair le mintieron a todo el mundo cuando hablaron sobre las armas de destrucción masiva", afirmó.
"Todo el mundo sabía muy bien que sus gobiernos mentían, pero ningún país dijo que no. La mayor parte del mundo los apoyó para que ocuparan mi país", añadió.
Ayoub además rechazó el argumento de Bush y Blair de que el objetivo de la invasión era promover la democracia y liberar al pueblo iraquí.
"No tienen credibilidad. Vinieron a Iraq por muchas razones: para destruir el Islam, robar petróleo, salvar el frente oriental de Israel, controlar Medio Oriente e instalar bases cerca de Irán y Rusia. Quisiera preguntarles: ¿Dónde está la democracia? Tres años de ocupación y la condición de Iraq va de mal en peor", señaló.
El combatiente también criticó a los iraquíes que se sumaron al nuevo ejército y a la nueva policía local.
"No son un verdadero ejército como el que había antes de la ocupación. Las fuerzas extranjeras crearon este ejército para protegerse de la resistencia. Creo que todo iraquí honesto no debería sumarse a esa farsa", afirmó.
Ayoub sostiene que el ejército iraquí está combatiendo contra su propio pueblo.
"Puedes ver lo que hicieron (en la central ciudad de) Faluya. Eran como el brazo de la ocupación. Mataron a muchas personas inocentes, e hicieron lo mismo en otras ciudades de Iraq, como Ramadi, Tal Afar, Hit, Rawa y Haditha. Vayan allí y vean cuántos niños y niñas, ancianos y mujeres fueron asesinados por mano del ejército iraquí", afirmó.
Además, Ayoub cree que la policía en realidad debería llamarse "la milicia".
"Noventa y cinco por ciento de los policías son chiitas y trabajan para la milicia Badr, que defiende los intereses de Irán. Mataron a muchos sunitas sólo porque eran sunitas, para crear tensiones entre ambas sectas y provocar una guerra civil", indicó.
Pero Ayoub cree que no es el momento de atacar a miembros del ejército y de la policía iraquíes. "Primero tenemos que liberar a Iraq de las fuerzas de ocupación y entonces podremos juzgar a cada uno de los que cometieron los crímenes", dijo.
El combatiente está convencido de que no habrá guerra civil tras un repliegue de las tropas extranjeras.
"Controlaremos Iraq y expulsaremos a todas las milicias y a los políticos iraquíes que anduvieron en tanques estadounidenses. Entonces hallaremos muchos políticos honestos que puedan liderar a Iraq", aseguró.. (FIN/2006)
Chile hoy: mapuches presos, Fujimori en libertad
Los presos mapuches son Patricia Troncoso, Juan Huenulao y los hermanos José y Jaime Marileo. Ellos fueron condenados en 2003 a diez años y un día de cárcel por el supuesto incendio de un campo propiedad de la empresa Forestal Mininco. La Justicia chilena también pretende que paguen una indemnización de cerca de 100 mil dólares.
La comunidad mapuche de ambos lados de la cordillera reclaman la liberación de cinco presos políticos que se encuentran detenidos en la cárcel de Temuco, condenados por una ley "antiterrorista" de Pinochet que aún rige en Chile.
En tanto, el gobierno peruano expresó a través de un vocero su preocupación por la libertad otorgada al ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) en Chile, donde se encontraba retenido desde noviembre del año pasado al ser reclamado en extradición por su país.
@DIN, 19 de mayo de 2006 - Para mañana sábado la Agrupación por los Presos Políticos Mapuches, de Chile, ha convocado a una marcha nacional para exigir a los poderes gubernamentales la inmediata liberación de los detenidos. Los presos en la prisión de Angón, en la IX región, al sur del país, son Patricia Troncoso, Juan Huenulao y los hermanos José y Jaime Marileo. Ellos fueron condenados en 2003 a diez años y un día de cárcel por el supuesto incendio de un campo propiedad de la empresa Forestal Mininco. La Justicia chilena también pretende que paguen una indemnización de cerca de 100 mil dólares por los daños.
Organizaciones mapuches se sienten engañadas, ya que el Congreso no ha revisado aún el proyecto de ley para liberar a prisioneros mapuches injustamente detenidos, y anunciaron que las movilizaciones van a seguir. En tanto, el poder judicial decretó la liberación del ex presidente del Perú, Alberto Fujimori, acusado de innumerables fraudes, crímenes y malversaciones a la voluntad popular en su país.
Recientemente los cuatro detenidos mapuches, entre ellos una joven, llegaron hasta el borde de la muerte en una huelga de hambre emprendida como único modo de llamar la atención sobre su situación desesperante en la cárcel de Temuco. La injusticia cometida con esta comunidad pacífica tiene origen en las ambiciones desmedidas de empresas capitalistas internacionales que quieren quedarse con las tierras, que pertenecieron a estas comunidades aborígenes desde milenios atrás.
Aplicando una ley antiterrorista del tiempo de Pinochet, el gobierno chileno actual mantiene en prisión a varios aborígenes mapuches, acusados falsamente de incendiar un bosque de explotación forestal de una gran empresa capitalista chilena.
Fujimori quedó libre por 2.900 dólares de fianza
El ex presidente peruano Alberto Fujimori salió ayer de prisión tras pasar más de seis meses detenido en Santiago de Chile. La Corte Suprema de ese país le otorgó la libertad provisional bajo fianza, después de que su defensa pagase 2.900 dólares.
Tras quedar libre Fujimori, centenares de personas realizaron una bulliciosa protesta frente a la embajada chilena en Perú por su liberación.
La liberación del ex mandatario, que estuvo bajo arresto en la Escuela de Gendarmería de Santiago, se da en el marco de un proceso de extradición por supuestas violaciones a los derechos humanos y corrupción en su país.
La libertad bajo fianza, concedida por cuatro votos contra uno, fue solicitada el miércoles pasado por la defensa de Fujimori, luego de que el juez que sustancia el proceso de extradición, Orlando Alvarez, rechazó otorgar este beneficio en varias oportunidades. Ante eso, la defensa del ex mandatario apeló ante la Corte Suprema.
El canciller peruano Oscar Maúrtua expresó un escueto "obviamente me preocupa", cuando se le consultó sobre el caso del destituido mandatario, que huyó en 2000 a Japón en medio de un escándalo por corrupción.
Los 12 expedientes con que el Estado peruano fundamenta ante la justicia chilena su extradición se refieren a los siguientes hechos:
1- La matanza de 15 personas en Barrios Altos y la desaparición y posterior ejecución de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta.
2- El pago de 15 millones de dólares a su ex asesor Vladimiro Montesinos por concepto de compensación por tiempo de servicios.
3- El pago irregular a los llamados congresistas tránsfugas para que desertaran de sus organizaciones y apoyaran el régimen fujimorista.
4- La malversación de donaciones japonesas a la ONG Apenkai, que dirigían familiares cercanos al ex presidente.
5- La compra irregular de maquinarias chinas.
6- El allanamiento de la casa de Montesinos luego que este cayera en desgracia, sin la presencia de un representante de la Fiscalía.
7- La orden para realizar interceptaciones telefónicas a políticos y principales autoridades del país.
8- La emisión de varios decretos de urgencia con la expresa intención de comprar maquinaria china.
9- La desaparición de la agente de inteligencia Mariela Barreto, y las torturas a Leonor La Rosa y Susana Higuchi.
10- Los desvíos de fondos del Servicio de Inteligencia Nacional a la Casa Militar.
11- El financiamiento al astrólogo argentino Héctor Faisal y la página web Aproved, para difamar a políticos y opositores al régimen.
12- El pago de dos millones de dólares que adeudaba el publicista Daniel Borobio al sistema tributario nacional.
20.05.06
Contra el TAV, la lucha y no la negociación
x Iñaki Urrestarazu - miembro de la Asamblea contra el TAV
El Tren de Alta Velocidad es una pieza del puzzle neoliberal capitalista e inseparable de él. En el proceso de la globalización existe una imbricación profunda entre el modelo productivo, tecnológico y de consumo, las estructuras territoriales, los procesos de urbanización, el sometimiento de los países del Sur y el modelo de movilidad y de transporte.
El modelo neoliberal es un todo, en el que las partes son inseparables. Veamos esta cuestión con más detalle, especialmente en lo que concierne al transporte.
Antes que nada hay que decir que el poder de las administraciones autonómicas de Euskal Herria, al igual que el de los Estados español y francés, que muchos sectores de la oposición y que toda la derecha europea, tanto la tradicional como la socialdemocracia, participan profundamente de la ideología y del proyecto neoliberal, y que apuestan firmemente por la integración en el gran mercado europeo capitalista en expansión y en el mercado cada vez más globalizado del planeta. El protocolo sobre el TAV firmado recientemente entre Fomento y el Gobierno vasco, así como los deseos de conexión con la «Y vasca» del Gobierno navarro de UPN, son un botón de muestra.
Una de las características más destacables de la globalización es precisamente la enorme expansión de los mercados, en concordancia con una producción y consumo masificados y sin límites, lo que genera un tremendo incremento de la movilidad motorizada para el transporte de mercancías y de personas. En Euskal Herria como en el resto, se trata de comprar de importar todo lo más posible, tanto de la UE como de otros mercados del Norte o del Sur, para alimentar un fabuloso negocio de intermediación (supermercados, concesionarias, industria, superpuertos, redistribución comercial...) y para suministrar a la espiral creciente del consumo, sin que importe para nada la destrucción con ello del tejido económico más tradicional y más ligado a la historia, tradiciones, recursos y modos de vida del país (agricultura, ganadería, pesca, comercio, pequeña producción...).
Se trata de atraer el máximo de capitales internacionales a quienes se les otorga toda clase de facilidades, comodidades y atractivos (Guggenheim, Palacio Euskalduna, puertos deportivos...), aunque no importe que destruyan trabajo local o creen dependencia e inestabilidad bajo la amenaza de la deslocalización o se lleven la mayor parte de sus beneficios de vuelta. Hay que ser «competitivos» en el mercado europeo e internacional, aunque muchos desaparezcan en el intento, vender y exportar lo más posible para negocio de algunos, crear una Euskadi que sea «potencia económica» con peso específico en el nuevo marco europeo. Es preciso también que Euskal Herria se convierta, como en tiempos pasados, en un nodo de especial importancia en el tráfico internacional de mercancías y personas, porque de ello siempre caen sabrosos beneficios. En suma, que la política de creación o ampliación de grandes infraestructuras de transporte con salida internacional en conexión con vías internas, tales como el TAV, grandes autopistas, superpuertos, plataformas intermodales, aeropuertos, y la política de fomentar al máximo el tráfico internacional de mercancías, es una prioridad absoluta del poder, una parte esencial de su estrategia e intereses. Y por tanto, no negociable.
El fenómeno de la descentralización de determinadas fases de la fabricación de un producto en diferentes lugares más o menos alejados entre sí para luego transportarlos a la planta ensambladora o al centro de distribución característicos de la globalización incide una vez más en la expansión incontrolada del transporte. Todo ello significa que las distancias se alargan de una manera impresionante; lo que antes se producía en un espacio reducido, ahora requiere de muchísimos kilómetros de desplazamientos hasta llegar al producto acabado y hasta que éste se ponga en manos del consumidor. Lo que decimos es aplicable a la industria automovilística, aeronáutica, como a prácticamente todos los ramos de la industria y, de lleno, a Euskal Herria. Así que, dentro de este modelo, si el transporte falla, toda la actividad productiva se paraliza y los productos no llegan al consumidor. Lo cual, tampoco es negociable para el poder.
Otro tanto podríamos decir respecto del papel asignado al Sur. La función que se le atribuye es la de suministrar barato los recursos energéticos (gas natural, petróleo...), minerales y de otro tipo (madera...) que las empresas y negocios del Norte precisan, así como los alimentos y la producción subsidiaria a precio de ganga (ropa...) con destino a los grandes supermercados (Eroski entre otros) y al insaciable consumo y modo de vida de los países industriales «desarrollados» entre los que se encuentra Euskal Herria. Una vez más vemos, pues, lo que representa el transporte en nuestra sociedad de consumo.
La urbanización y metropolización galopante que vivimos demuestra de nuevo que la movilidad extrema es consustancial al sistema neoliberal, todo lo contrario de proximidad y cercanía. Sabemos que, históricamente, la urbanización, la creación de ciudades y grandes aglomeraciones, está muy relacionada, además de con la maquinización, con la liquidación de los modos de vida agrícolas, con la «liberación» de la mano de obra necesaria para la industria a base de despojarles de sus recursos y medios de subsistencia. Así ha sido la historia de la gran concentración demográfica producida, por ejemplo, en la Margen Izquierda del Nervión en el transcurso de las diversas fases de industrialización habidas. Hoy las cosas siguen igual aquí, en Euskal Herria, y mucho más a nivel planetario, en que la población tiende a concentrase masivamente en gigantescas aglomeraciones urbanas, donde ya reside más de la mitad de la población mundial. De hecho en torno a las urbes existen grandes intereses. Las concentraciones urbanas, por su demografía abundante, son mercados privilegiados de todo tipo y que siempre inducen a la movilidad.
Mercados de consumo de alimentos que tienen que ser traídos de fuera, abastecidos en cada vez mayor medida por los grandes supermercados que a su vez se ubican en los extrarradios, incitando mayor movilidad motorizada. Mercados energéticos y de coches. Objetos del fabuloso negocio de las inmobiliarias y de la especulación de viviendas y suelos, con los nuevos modelos de urbanizaciones de poca densidad como los adosados, que no sólo absorben gran cantidad de territorio, sino que impulsan todavía más las carreteras y el coche. Espacios que alejan la ubicación del trabajo y de la vivienda; que concentran la burocracia y los parasitarios servicios banca, seguros..., y la industria del ocio, que obligan a trasladarse a la gente de los alrededores a la urbe; y que asimismo propulsan un infinito tráfico turístico de fin de semana hacia segundas residencias escapando de las degradantes condiciones de vida de la ciudad. Territorios que en su proceso de ampliación constante, de especialización de actividades, obligan a la movilidad infinita y constante. Esta es la política que corresponde a los intereses del poder, lo que se plasma en los Planes Territoriales Parciales: la eurociudad Donostia-Baiona, el Bilbao Metropolitano, la gran urbe de Iruñea...; un continuo habitado y urbano, inhabitable, infestado de coches, pero generador de grandes beneficios.
Los poderes autonómicos y el Gobierno vasco en concreto, en su política de impulso al movimiento de mercancías y personas, apoya todas las formas de transporte. Por carretera o autopista coches y camiones, por ferrocarril, por trenes de alta velocidad personas, mercancías e incluso camiones cargados, por vía aérea y marítima incluido el tráfico marítimo de camiones. Todas las formas de transporte son en principio complementarias para ellos, porque el volumen de mercancías y de personas en movimiento requiere del concurso de todos los sistemas de transporte. Por otra parte, el transporte por carretera es uno de los sistemas privilegiados, a pesar de declaraciones al viento en favor del tren, y no por casualidad. En efecto, el transporte por carretera está ligado a grandes intereses: las constructoras de autopistas y la industria del cemento, la automovilística y todas sus industrias y actividades anexas y dependientes, así como el sector de la energía, especialmente del petróleo, que se alimenta del transporte. Las fantasiosas pretensiones de hacer pasar el transporte de la carretera al tren, en el sistema actual, se encuentran ante un muro absolutamente infranqueable, por más que se argumente la enorme ocupación del territorio y de las tierras agrícolas que al poder le dan igual, los problemas de tráfico o una pretendida movilidad más racional. Este tipo de transporte forma parte indisoluble del sistema. Es más, el transporte público, que con tanto empeño defienden algunos, en realidad juega un papel concreto dentro del sistema actual: el de no sobrecargar el tráfico, y el de no colapsar aún más el transporte, que tan importante es para ellos.
Los intentos de poner parches no conducen a ningún sitio y el sistema tampoco está por admitir parches en su montaje. De lo que se deduce que las pretensiones negociadoras sobre el tema están abocadas a la nada, por mucha participación popular que pueda haber. No podemos ni debemos ponernos a gestionar y encauzar los desaguisados que crea el sistema sin eliminar sus causas. Ni tampoco creer que vamos a poder cambiar el sistema a base de negociaciones sucesivas. De lo que se trata es de paralizar mediante la lucha, lo más amplia y autoorganizada posible no hay otra manera, el máximo de salvajes proyectos en perspectiva, entre otros el TAV. Y al mismo tiempo ir creando las bases reales para reducir esa enorme movilidad de mercancías y personas, cuestionando el sistema tecnológico, productivista y consumista, la expansión de los mercados, la metropolización, la explotación del Sur y propiciando lo cercano, lo propio, lo necesario, lo pequeño, lo comunitario...
Un gran desafío, desde luego, en el que habrá que trabajar y profundizar mucho, pero que se asevera el único camino. Como no se lograrán esas bases reales es con declaraciones retóricas, ni con negociaciones que habrían de implicar, por otra parte, rehacer todo el entramado económico-social, ya que el poder no va a ceder cuestiones esenciales por negociación. Lo que pueden hacer,es implicarnos a cambio de pequeñas mejoras en lo sustancial de su estrategia. Hay corrientes ecologistas y eminentes profesores de universidad que creen que se puede lograr la sustentabilidad sin cuestionar las bases del sistema, es decir, dentro del sistema, en la línea del llamado ecocapitalismo o capitalismo verde. A base de más estado, impuestos, «control» de las multinacionales y pretendidas racionalizaciones del sistema. Será que tenemos conceptos diferentes de sustentabilidad. Esta, en el fondo, es un concepto que se presta,vaciada de contenido económico y social, a perpetuar el sistema. De hecho, el poder, el Gobierno vasco en concreto, no se cansa de adornar con esta palabra todos sus proyectos. Algo les dará pie a ello. No hay más que ver, por ejemplo, el reciente artículo de la Consejera de Transportes del Gobierno vasco, Nuria López de Guereñu, un auténtico monumento a la mentira.
Iñaki Urrestarazu - miembro de la Asamblea contra el TAV