Noticias del dia 3-3-06
DOCUMENTO CONSENSUADO DE LOS 14 MESES
enviado por los padres de Cromagnon
AQUÍ ESTAMOS PRESENTES LAS VICTIMAS, NO LOS VICTIMARIOS
Hace 14 meses comenzó uno de los lutos màs inexplicales de la Argentina. Casi 200 chicos, que sólo querìan divertirse, encontraron la muerte en una gran telaraña, tejida con los hilos màs fuertes que tiene la corrupción.
Porque hemos aprendido que LA CORRUPCION MATA.
En nuestros corazones están nuestros chicos muertos y hoy dan testimonio los familiares y sobrevivientes de la masacre aquí reunidos. En definitiva, están aquí las víctimas, acompañadas por quienes han entendido que, de muchas maneras, todos somos sobrevivientes..
Nuestros chicos.. Aquellos 194 que nos fueron arrancados. Están aquì también, los que conservaron la vida a costa de tener grabado el horror en sus rostros, las familias que lloran muerte, y las cuatro mil familias que conviven con el horror o la muerte en vida. Todos parecen haberse borrado de la memoria de la ciudad y algunos de sus vecinos, engañados por un aparato de prensa que pagan con sus impuestos..
El 30 de diciembre, los que murieron, los que sobrevivieron y sus familias eran inocentes. Todos éramos y somos inocentes. Y esto no debe olvidarse jamás.
Sin embargo, aparecemos hoy como culpables y así Ibarra y sus defensores nos han acusado de ser: culpables de un golpe institucional; culpables de impedirle a un mandatario elegido concluir su mandato; culpables de promover un juicio político que no guardaría las formas; culpables de pretender remover a un jefe de gobierno por mal desempeño; culpables de dificultar acuerdos de reparto de poder preexistentes a sus reclamos.
De esta tergiversación de la verdad, debe recordarse que estos "culpables" son sólo víctimas.
"REIVINDICAMOS LA LEGITIMIDAD INCUESTIONABLE QUE NOS OTORGA LA CONDICION DE VICTIMAS. TODAS LAS VICTIMAS SON VICTIMAS. EL SUFRIMIENTO NO RECONOCE FRONTERAS NI IDEOLOGIAS. DESDE NUESTRA LEGITIMIDAD COMO AFECTADOS SEGUIREMOS INSISTIENDO".
¡Qué paradoja! Lo que acabamos de decir es una textual reproducción de lo que han dicho al Parlamento español los afectados por los hechos del 11 de marzo de 2004 en Atocha.
Desde el lugar de víctimas decidimos, a poco de enterrar a nuestros pibes y en conjunto con los sobrevivientes, exigir todas las responsabilidades èticas, penales y políticas. Pero al llegar a estas últimas, creyendo en la Constitución, se nos imputó de golpistas, macristas, animados por la venganza, violentos.
Què peor violencia que la muerte violenta y absolutamente evitable, de parte del futuro del paìs. Nosotros somos los violentados por ese hecho y los que siguieron.Violencia es ver al suspendido, amigo de Kirchner, comprando el hambre de nuestra gente, obligada a asistir a sus marchas a cambio de una bolsa de comida o de sostenimiento de un plan Jefes y Jefas; para no hablar de los empleados de gobierno de la ciudad amenazados con la pérdida de sus puestos de trabajo. Esto es violencia contra los trabajadores y tambièn contra nosotros.
Violencia es la promesa incumplida de Kirchner cuando en la Catedral Metropolitana prometiò ocuparse permanentemente del caso. ¿Còmo se ocupó? ¿Hablando de los derechos humanos de otras èpocas, bajando los cuadros de los asesinos del 70 pero encubriendo las maniobras del responsable polìtico de una masacre evitable en el 2004?
Violencia es el pacto de impunidad, Fernández, Fernández, Kirchner.
Ibarra, lejos de ser una vìctima, es parte de un sistema corrupto, gracias al cual cientos de casos son silenciados, mediante mecanismos que garantizan la impunidad.
Hemos aprendido que la corrupcion mata.
Mata creando zonas liberadas para sus negocios sucios.
Mata cuando destruye la dignidad comprando voluntades
Mata cuando no respeta la Constitucion y pretende hacernos creer que nuestras exigencias son un golpe institucional y no un legitimo derecho.
Mata cuando falsea los hechos y censura nuestra voz, en absoluto contraste con la presencia continua de Ibarra en los medios.
Por todo esto pedimos cuentas.
Pedir cuentas no es golpismo.. Es un derecho de petición consagrado desde hace dos siglos en la Constitución. Y cuando el paso fue dado por los legisladores que entendieron pertinente examinar la responsabilidad de Ibarra, se lo calificó de golpe, subversión, afrenta a la institucionalidad.
Ese reclamo es legítimo y es propio de las victimas. Es inajenable, inapropiable. Sólo a ellas les pertenece. De ninguna manera cabe asignarlo a pertenencias políticas o de cualquier otro sesgo. Dicen quienes lloran muertos en Atocha: "en el intento de usurpar la voz de los afectados, de deslegitimarlos, de someterlos a un juego político ajeno y de intentar encasillarlos en tal o cual opción, los usurpadores se denuncian: es su guerra no la de las victimas".
Nuestra opcion politica es por la verdad y la justicia, que hoy se expresa entre otras acciones, en la exigencia de destitucion del suspendido Ibarra, en base a las innumerables pruebas acerca de los hechos, presentadas. Esa es nuestra opcion politica, y quienes piensen igual que nosotros, están a tiempo de acompañarnos.
Según han entendido un conjunto de legisladores, en base a las pruebas presentadas en el Juicio Político, se confirman nuestras denuncias, porque::
- Existió un mal desempeño del gobernante, cuando el local que fue la tumba de nuestros hijos y el instrumento de suplicio de quienes los sobrevivieron, nunca tuvo inspecciones.
- Se confirmaron las suposiciones de que el otro local del mismo empresario gozó de similares beneficios, evitando clausuras por órdenes superiores transmitidas por handy. Esto, en castellano, se llama corrupcion. Y la corrupcion mata.
- Se confirmó la responsabilidad de Ibarra que decidió el pase a disponibilidad de 580 inspectores, atribuyéndoles ser un focazo de corrupción, pero al mismo tiempo sin sumariarlos ni denunciarlos penalmente, ni privarlos de su remuneración.
- Se ratificó que correspondía la responsabilidad de Ibarra cuando a los 30 inspectores reemplazantes, les prohibió actuar de oficio delegando en los hechos el poder de policía en el ciudadano con sus denuncias.
Y todo estos actos realizados para concentrar el control y la caja en unas pocas personas, cuyo unico merito radicaba en estar vinculadas con él a través de nexos familiares o afectivos.
Por esto, la corrupción mata.
- Se ratificó que esta responsabilidad llegaba al jefe de gobierno, cuando recibió personalmente 16 alertas específicas de que algo como Cromañon le iba a ocurrir a la ciudad, y nada hizo. Se lo dijo la Defensoría del Pueblo, la Legislatura, la Auditoria, la Asociación de Abogados, el Poder Judicial, los diarios, las cartas documentos, etc. Etc.
- Se confirmó la responsabilidad de Ibarra como responsable máximo al desentenderse de la suerte de las vìctimas la noche del 30, pero procurando a la 1,30 de la mañana conocer el nombre del fiscal y luego dedicarse a organizar el mensaje comunicacional de la masacre. Esa inacción, ese menosprecio, mató a muchos de los que hoy podrían estar vivos. Ni siquiera clasificaron a los chicos vivos o muertos, provocando un caudal de víctimas mucho mayor. El 40% de los chicos murieron rescatando chicos.
Todas estas afirmaciones están confirmadas en estas jornadas a través de las versiones taquigráficas, los diarios, las transmisiones televisivas, el testimonio de las víctimas.
De la vergonzante defensa, sólo escuchamos generalidades, un análisis superficial y conceptos políticos no relacionados a los hechos: las decisiones u omisiones previas, durante y posteriores a la masacre.
De Ibarra, lo único que hemos escuchado han sido sus antecedentes en la función pública, pero no su descargo por las causales concretas que motivaron el juicio político. Si esos antecedentes fueran tan valiosos, lo hubieran obligado doblemente a realmente desmantelar la corrupciòn, a realmente ponerse a disposición de las victimas, a realmente iniciar sumarios a sus funcionarios, a realmente presentarse ante la Justicia Penal de manera espontánea.. A realmente acatar el mecanismo constitucional que èl mismo contribuyò a votar en su momento.
Hemos debido escuchar que realizase el absurdo de comparar su situación con el genocidio nazi, tratando de transformase de victimario en víctima.
Strassera en su rol de vocero, mostró su peor faceta, la previa al juicio a las juntas. Su peor fachada de juez del proceso militar que denegó habeas corpus y que juró por los estatutos militares. Posteriormente, bajo gobierno de Alfonsin, tuvo la oportunidad, siendo aun fiscal, de trabajar por la anulacion de las Leyes de Punto Final y Obedeciencia Debida. Y abandonò esta tarea garantizando la impunidad de los genocidas, ofendiendo asi la memoria de los muertos de ayer, como hoy ofende la de nuestros muertos.
Hemos debido escuchar que siempre existió negligencia y corrupción y concluir el por qué ahora le toca a Ibarra. Es decir: como siempre todo estuvo mal, ¿por què juzgar al pobrecito Ibarra? Solamente por el detalle de haber facilitado 194 muertes, detalle que ninguno de sus defensores se atrevió a nombrar. Tampoco hubo una sola mencion entre los defensores de suspendido, a los miles de sobrevivientes. Solo razonaron para asustar a quienes deben tomar decisiones èticas para dejar sentado un precedente. Un precedente sì, pero no de golpismo, sino de que un gobernante dé cuenta de sus actos.
Le costò al juez Maier lograr un juicio político imparcial, por las maniobras y fraudes que la defensa cometió fuera del recinto, vía preparación de testigos, presiones, silenciando, efectuando maniobras mediáticas; pese a esto el juicio se desplegó con contundencia respetando el debido proceso. . Tanta que si sólo fuera la verdad sobre los hechos lo que guíe el veredicto de los diputados, el resultado sería unánimemente anticipable.
Lejos de los hechos que provocaron la muerte de nuestros hijos, los fondos que podrian destinarse a la atencion integral de los sobrevivientes, permiten empapelar la Ciudad de afiches y carteles, movilizar gente, pagar solicitadas, abonar altísimos honorarios de abogados de los procesados. Sale de los fondos que nosotros aportamos y que deben estar destinados a paliar la pobreza, dar educación y trabajo a millones de desempleados. La corrupcion, ademas de matar, encubre y miente.
La defensa de la corporación política ha quedado plasmada ayer martes mismo, mediante dos solicitadas, por las que algunos diputados y senadores han exigido que la negligencia o corrupción de un gobierno se evalúe sólo a través del voto , evitando tener que dar cuenta de sus actos mediante la institución del juicio político.
A la sociedad le pedimos que nos acompañe en el reclamo, y que exija independencia de criterio, sin presiones de Kirchner y sus amigos. Que exija explicaciones tanto a los borocotos como a los romagnolis.
Queremos ayudar a cambiar la forma de hacer política. Que los dirigentes rindan cuentas de sus actos negligentes y/o corruptos. No más Magdalena, no más Rio Tercero, no mas Rio Turbio, no más gatillo fácil, no más Las Heras, , no más Cromañon.
Eso queremos nosotros, las victimas, puestas ahora en victimarios por un poder político que tiene gran parte de los medios de comunicación en sus manos. Somos la voz de los que ya no pueden hablar.
Esta voz, la seguiremos levantando sea cual sea el resultado de la votación el 10 de marzo.
Lo destituyan o no a Ibarra, le decimos a los Kirchner, Fernández y la llamada "clase política": allì no para nuestra lucha contra la impunidad.
Sin eludir, como siempre, a todos los responsables de la masacre, decimos hoy
No hay Chabanes sin Ibarras
La corrupción mata
Destitución a Ibarra por mal desempeño, e inhabilitación para ocupar cargos por 10 años, como solicitó la fiscalìa
No a los pactos de impunidad
Los chicos presentes ahora y siempre
Colectivo Situaciones
La metáfora (sin metáfora) de Cromañón
¿Cómo entender 194 muertes absurdas frente a las cuales muchos sobrevivientes y familiares rechazan la resignación y la impotencia? ¿Cómo lidiar con el dolor y producir, en medio de tanta muerte, alguna luz? Este trabajo elaborado por el Colectivo Situaciones forma parte del libro ?Generación Cromañón-Lecciones de resistencia, solidaridad y rocanrol? editado por lavaca. las víctimas, el cinismo, el sigificado de ser joven hoy y aquí, la relación con los adultos, la cuestión de la responsabilidad, y los labertinos de la Argentina trucha, las resistencias: una mirada que ayuda a pensar y comprender mucho de lo que está pasando.
Hace menos de un año publicamos junto a los amigos de lavaca un cuaderno en torno a la experiencia de las presas por manifestar frente a la Legislatura porteña y las presas por reclamar trabajo en Caleta Olivia. El texto estaba centrado en sus testimonios. Como parte de la discusión que fuimos desarrollando en ese momento surgió la imagen de un Agujero Negro como metáfora de la situación en la que un grupo de personas son condenadas a la total oscuridad como modo de desarmar las resistencias.
A pocas semanas de haber sido publicado el cuaderno sucedió Cromañón. Desde el principio, y básicamente por la cantidad de amigos y parientes que estuvieron o pudieron haber estado allí, quedamos encerrados en una larga y angustiada interrogación: ¿cómo entender lo que sucedió? Tuvimos entonces la percepción de que aquella lógica que habíamos llamado Agujero Negro volvía a activarse. Pero esta vez no era el silencio, sino el palabrerío mediático lo que ocultaba la posibilidad de producir un testimonio vivo.
Luego, cuando las primeras marchas empezaron a ocupar las calles de la ciudad, se hizo posible pensar de otro modo el asunto. Y nos fueron surgiendo preguntas más concretas. ¿Cromañón muestra estilos de vida que hasta ahora no habíamos considerado?, ¿cómo crear las condiciones para producir un testimonio a partir de las luchas desencadenadas por la masacre?, ¿es posible que la fiesta sea ahora expropiada en nombre de la ?seguridad??, ¿surge un nuevo criterio de responsabilidad al interior de la elaboración de los rockeros, los ?sobrevivientes?, las familias, los amigos? ¿Se percibe, a partir de Cromañón, un modo activo de lidiar con el dolor capaz de producir, en medio de tanta muerte, alguna luz?
Los extractos que siguen surgieron de una larga conversación entre lavaca y el Colectivo Situaciones luego de haber leído todos los testimonios que se publican en este cuaderno.
Colectivo Situaciones
1.
?Los de Cromañón?
¿De quiénes hablamos cuando nombramos a los ?afectados de Cromañón?? Parece, por los testimonios, que ?de Cromañón? se es en diferentes modos o niveles: los pibes y pibas que sobrevivieron, sus amigos y familiares, las familias y amigos de los muertos y heridos, pero también quienes suelen ir pero ese día no fueron, más todos aquellos que han sentido que su colegio o su banda están permanentemente en estado-cromañón, es decir, al borde de una catástrofe por el sólo hecho de habitar unas condiciones de existencia ultraprecarias. Cromañon, entonces, es el nombre de una tragedia que se derrama por el cuerpo social descubriendo, a su paso, nuestra calidad de ciudadanos del capitalismo esencialmente trucho.
2.Mirada fría
Los testimonios revelan un sufrimiento que se inscribe en mecanismos sociales más generales: la ?mirada fría?, el descubrimiento de la indiferencia social. No es sorprendente: ¿por qué iban a descubrirla antes? Y, sin embargo, es notable cómo este descubrimiento trae consigo otros tantos, como la constatación de que son muchos los que han conocido sufrimientos enormes y que al denunciarlos como injusticias han sentido esta frialdad en las miradas.
El padecimiento da lugar a un replanteo. Se percibe hasta qué punto denunciar la tragedia como una injusticia vivida inscribe a quien lo hace en una cadena más amplia de luchas sociales. Así, al descubrir la frialdad de la mirada, se recorre, sin saberlo, un camino de iniciación de una experiencia directamente política. La nueva experiencia se pliega y alarga en un recorrido que muchos intentaron antes con diverso éxito. Esta transformación de la mirada es dolorosa porque implica re-vivir la indiferencia del pasado con una nueva vergüenza: la de haber aplicado a otros, alguna vez, esta misma frialdad. Algún testimonio dice: ?los pibes no nos dan bola?. Otro chico continúa la reflexión: ?lo entiendo, porque yo tampoco iba al Puente Pueyrredón?. La madre de Bru dice que ella ?veía a esas Madres?? con distancia y cuando después llegaron sus marchas dijo: ?ahora entiendo por qué las anteriores marcharon?.
3. Descubrir el cinismo
Los familiares, amigos y compañeros de los desaparecidos de los ´70, particularmente las Madres, descubrieron que los asesinatos y desapariciones sufridas no fueron tragedias personales, sino fenómenos inscriptos en una lógica social perversa. La mirada fría es parte constitutiva de esa perversión. Entonces se suponía que el subversivo (el ?pre? desaparecido) merecía, de algún modo, una sanción por los ímpetus y las modalidades de su desacato. Parte de la población aceptó el sacrificio.
Si en los años ´70 la existencia de una cierta trama social permitió que el drama se produjera con el lenguaje de la lucha política, con actores claramente autoidentificados con la imagen del mundo que querían construir, décadas después, el Agujero Negro ?la máquina sacrificial? devora vidas muy diferentes. Vidas que transcurren en un suelo muy distinto, tejido de precariedades varias. ?Los de Cromañón? sufrirán otro modo de la frialdad, que precisamos comprender. Algunos de los sobrevivientes de los 70, por ejemplo, verán en ellos jóvenes despolitizados. Otros sospecharán que son las formas actuales de ?ser joven? las culpables de lo ocurrido. Como si esos modos descuidados de vida actuales hubieran recibido un castigo bíblico por su manera amenazante de abandonar ?o evidenciar la caída de? ciertos códigos sociales. Finalmente: ¿tienen derecho estas personas a ocupar las calles del modo en que lo hacen?
Son existencias que deben ponerse por encima o afirmarse por debajo de estas miradas sancionadoras (hoy también culpabilizadas ante la tragedia), para permitirse el replanteo de lo sucedido y descubrir las fuerzas que operan, cada vez, produciendo el agujero oscuro.
4. ?Hay que empezar a vivir?
Hay una necesidad de salir muy rápidamente del tema del duelo. No se trata de olvidar la tragedia, sino de elaborarla a otra velocidad. Respecto de las formas de vivir el dolor en experiencias pasadas, aparece una diferencia fuerte. Una necesidad de ?irse de ahí?. Como si el planeta-Cromañón tuviera un poder maléfico: amenaza a las vidas que allí fueron cercadas con no dejarlas escapar. Hay una sensación de asfixia en cada vuelta a esos sitios. Una de las chicas dice: ?No voy al psicólogo porque es volver ahí. A partir de esto hay que empezar a vivir, ya no podemos seguir sobreviviendo?.
Lo que convoca, entonces, no es la tragedia, sino la necesidad que le sigue: el intento por convertir una forma del dolor que liga y fija a la muerte por otra que se deslice hacia algún modo, no menos doloroso, de retomar las vidas. Muchas veces, en los testimonios, los pibes niegan nombrarse como sobrevivientes.
Lo notable es cómo funciona esta suerte de politización desde el dolor que hace años se multiplica en Argentina. Una y otra vez emerge un enorme ?saber hacer? disponible para el encuentro, la denuncia, la expresión, la convocatoria. La velocidad en que toma cuerpo todo esto es vertiginosa. No hay manual, pero esos modos de hacerse notar en la ciudad están al alcance de la mano, funcionan.
5. De adentro, de afuera
Un testimonio se detiene en la diferencia entre las reacciones de dos policías distintos. Uno de ellos, tío de una de las chicas, se puso a sacar pibes del incendio. Otro, según cuentan, dijo que se rajaba... y se rajó. Más allá de toda consideración judicial, formal, esta distinción abre la posibilidad de pensar la cuestión de la responsabilidad tal como surge de los sucesos mismos de Cromañón. La piba dice: ?Yo odio a los policías, son unos hijos de puta, pero mi tío que es policía vino y empezó a sacar chicos?.
¿Cabe extender este modo de razonar para considerar las formas en que músicos, empresarios, enfermeros, bomberos, legisladores y funcionarios actuaron antes, durante y después del desastre?
¿Y no cabe, acaso, extender este mismo criterio a quienes escriben y hablan sobre Cromañón?
Cromañón nos muestra la existencia de una ética de la desesperación que pasa por el estar allí, y por el indudable heroísmo desplegado, pero también ?y sobre todo? por aceptar que es en ese terreno desesperado donde se elaboran los modos de entender, sentir y actuar.
6. Vidas callejeras, cálculos cortos
Cromañón plantea la cuestión de la muerte joven. Muertes que complementan vidas callejeras, sin horizonte largo, existencias repletas de posibilidades más o menos fragmentadas, con laburos de 14 horas. Aunque se quiera y se obedezca, los tiempos que quedan se hacen cortos.
Si antiguamente se concebía la adolescencia como un período preparatorio para ingresar al mundo de la adultez, la paradójica situación actual vuelve a ese mundo inmediatamente accesible a la vez que lo descubre en su total inconsistencia.
¿A título de qué estas vidas de horizonte abreviado harían cálculos de largo plazo? Lo que para unas generaciones se vive como horror y amputación, para otras es punto de partida de un tiempo real de existencia. Cada cual se configura con la temporalidad que tiene a mano. Si se trata del tiempo de la fiesta, la fiesta se vuelve desesperada, porque la vida tiene ese tono. Y los cálculos son interiores a ese modo de ser del tiempo.
Toda generación introduce un desacuerdo relativamente insoluble con las demás. Pero la modificación a la que nos toca asistir requiere mucha atención, mucha proximidad, porque amenaza con diluir las invariantes mismas que nos permitían hablar hasta ahora de ?generaciones?.
De hecho, la actual variación de los modos de vivir el tiempo y el espacio, así como el conjunto de los cálculos de vida implicados, surge de un agotamiento de los mecanismos tradicionales de asignar a cada quien un lugar y un futuro.
¿Cómo se realizan los cálculos vitales en un tiempo desreglado, en un espacio atravesado por fuerzas plásticas que posibilitan nuevas libertades pero también nuevas tiranías?
Si el tiempo a calcular es el de lo que pasa ?ahora?, antes del próximo cambio de pantalla, si todo cambio aparece como incalculable hasta que ocurre, entonces, el tiempo efectivo es el que está transcurriendo. El tiempo y el espacio del acto es el de un presente radical. La fiesta, así vivida, busca intensidad ya mismo. ¿Incluye este modo de la fiesta un cálculo sobre los cuidados, internamente establecidos, de esa diversión? Si las cosas se presentan así (?hasta que no te tocan, no te pasan?), esos cuidados parecen ser posibles sólo a condición de estar muy próximos a esa manera de diversión.
7. Criar a los adultos
Los discursos que nos llegan de tiempos pretéritos cuentan historias de familias opresivas que reproducían el orden social, y de jóvenes que se rebelaban contra ambas instancias igualmente domesticadoras. Poco queda de estas opresiones y, por tanto, de aquellas rebeliones. Tanto la familia ?o lo que pueda considerarse como tal? como el rock, por igual, son terrenos donde transcurren las propias vidas. La familia, sin embargo, ya no es la vía que garantiza la conexión de los jóvenes a una comunidad. Una inversión extraña parece haberse operado: son más bien los pibes quienes intentan inscribir a la familia en la realidad social. Da la impresión, incluso, de que son los pibes quienes crían a sus padres. Los ?adultos? no pueden contarles lo que es la vida a los pibes, sino que las cosas se dan un poco al revés. Las preguntas con las que una generación revela progresivamente los sentidos del mundo a la que la continúa han cambiado de dirección y parecen ser los chicos los que saben algo más del presente. Esta situación transforma radicalmente el significado de la resistencia contracultural de las décadas pasadas.
Todo lo anterior resultó especialmente evidente durante los conflictos que se sucedieron este año en quince colegios de Buenos Aires. Los pibes se movilizaron, debatieron, interpelaron y, finalmente, convocaron a los padres para que trabajen con y para ellos. Una escena repetida muestra a un pibe encarando al director de su escuela: ?usted es un hijo de puta, no está poniendo el matafuego; usted es el director, yo soy un alumno?. Se trata de una imagen pos-cromañón: el vínculo entre los cuidados y la denuncia de las formas de destrucción propias del ?capitalismo trucho?. La consigna ?basta de corrupción, la gente no es basura? señaló una lógica de funcionamiento: hay corrupción, la gente es considerada basura.
Que esto suceda en los colegios de la misma ciudad que fue sacudida por Cromañón habla por sí solo. De allí que haya algo cómico y patético en las propuestas que hablan de restituir la autoridad de los adultos y las instituciones, sin verificar la magnitud de lo que se ha roto. Sin registrar ese discurso implícito que dice: ?vos no me podés enseñar nada que yo no sé. Y es más, yo sé algo que vos no sabés?. En el caso del colegio Mariano Acosta, los pibes terminaron haciendo la presentación judicial y la jueza les dio la razón.
En la película Sexto sentido, un niño que puede ver a los muertos se relaciona con un psicólogo. Hacia el final, el psicólogo se da cuenta de que algo anda mal. El pibe sabe algo que él no percibe. Por fin averigua de qué se trata: el psicólogo mismo es uno de esos muertos con los que el pibe se relaciona. Buena parte de la sociedad se relaciona hoy con los pibes como el psicólogo de Sexto sentido: ya sin capacidad de ver la muerte, de rebelarse ante ella. Como si los pibes se estuvieran haciendo cargo de nuestras muertes no sabidas aún.
8. La resistencias en la Argentina trucha
Cromañón revela una realidad cruda: la normalización de la que se habla hoy ?tras la crisis del 2001? no pasa de ser un doblez en el capitalismo hiperprecario. Su propia trama jurídica, empresarial, mediática, política invita a la tragedia y la tragedia, a su vez, ilumina en todo su alcance la devastación. Cromañón es un momento concreto de ese modo de gestión de la existencia hiperprecaria.
Hace largos años que vemos desplegarse una politización que surge ante la tragedia y Cromañón hace de espejo a todos los elementos de esa politización: aquella que surge en medio de la precariedad y, alcanzada por la catástrofe, se abre desde el dolor hacia lo público sin respetar las vías instituidas. La politización de lo íntimo indefine las reglas de juego y requiere una sensibilidad muy singular para evitar caer en el esquema de los medios.
Se trata de un aprendizaje doloroso, que convierte su cercanía a la muerte en motivo de continuidad vital, y que debe afrontar, en su trayecto, la frialdad de las miradas y la complejidad política de las estrategias puestas en marcha por los otros, que consisten en fijar a las víctimas a su condición, en impedir la conversión, es decir, en convalidar el sacrificio.
Este nuevo protagonismo que emerge del dolor posee una capacidad brutal de elaboración: aprende en corto tiempo el contenido trágico de la precariedad, experimenta la necesidad de convertir el dolor íntimo ligado a la muerte en un dolor colectivo, público, capaz de dar lugar a la lucha, y provoca una destitución de lo político estatal revelando el juego de un poder que simula cuidar la sociedad mientras derrocha sus posibilidades en roscas interminables. Que haya renacido en esas marchas el ?¡Que se vayan todos!? señala este hartazgo desesperado y permite retomar la palabra y la calle.
Se ha desarrollado, entonces, un ?saber-hacer? de las resistencias en Argentina. De modo tal que, a pesar de que uno crea que nunca le va a tocar, cuando toca, se sabe qué hacer. Y no es que haya un grupo delimitado ofreciendo estos saberes: se ha formado algo así como un saber ambiente.
En medio del luto generalizado, se propuso, en un momento, ?vamos a hacer una muestra de fotos?, y en menos de tres meses la muestra ya estaba armada. Hoy en día la capacidad de acción de la gente que tendría que estar inmovilizada por el dolor resulta lo más potente de estos procesos.
9. Responsabilidad
Estar adentro obliga. Claro que el estado, en la misma medida en que gestiona la trama precaria del capitalismo trucho y está él mismo tejido en ese material, ha quedado en falta. Esto puede enojar, pero no sorprender. Entre los testimonios se registra esta ambigüedad: de un lado se pide protección y, a la vez, existe un desconcierto general: ?estamos desprotegidos, el Estado mata?. De uno y otro lado surge, entonces, la necesidad del desarrollo de una responsabilidad interior a las resistencias.
En una charla, uno los rockeros retoma esta cuestión a partir de comentar la relación con los cumbieros. Según él, los únicos que no ayudaron en Cromañón fueron la policía y los de la cumbia. Parece que uno de éstos últimos les dijo: ?gato, no saben prender bengalas?, a lo que siguió una previsible golpiza entre quienes se perciben como sectores enemigos. Pero más allá de la intención agresiva, parece que hay algo que escuchar allí: que para hacer la fiesta bien, es preciso aprender a cuidarse con formas y criterios propios. Como si la traducción amigable de ese insulto pudiera ser: ?Si vas a hacer una fiesta, y la querés hacer a tu modo, entonces, tenés que hacerte cargo de ella a tu manera, que no supone que te cuiden de afuera?. De lo contrario, el discurso de la ?seguridad? se hará cargo por medio de prohibiciones de la fiesta. El dilema planteado en términos de una opción entre ?seguridad? y ?tragedia? equivale a una restricción de la cultura de la fiesta por incapacidad de esta última para desarrollar una dimensión de ?autocuidado?.
10. Siluetas colectivas: la red llegó hace rato
Y bien, a pesar de todo, la fiesta sigue. Se la ve, por ejemplo, en el recital de La Renga. Existen canales de comunicación sólo visibles para los que se mueven. Resulta mucho menos perceptible y controlable que las redes organizadas visiblemente. Ni la vemos nosotros ni la ve el enemigo. Su inmaterialidad es su fuerza. No se sabe dónde está y posee una ductilidad plástica de despliegue y repliegue que le garantiza una larga salud. Para verla o para participar de ella la condición es ver el movimiento del que se nutre, participar de él. Si uno no se mueve, la red no se le aparece.
Como si las redes fueran actitud, apta para disponer de recursos materiales, afectivos y simbólicos en cualquier punto, en el momento que se los requiera. Un capital de saberes-hacer cualificado por la multiplicidad de luchas desarrolladas.
Esto, que constituye una vivencia para quienes están en procesos de politización, se torna invisible para quien está pasivo, por fuera. Cada testimonio parece confirmar la impresión del funcionamiento de esta red. Como si a partir de una tragedia, cada quien enfrentara la decisión de convertir su situación de víctima, de afectado, en nodo activo. Es la decisión tomada sobre una contingencia dolorosa más que el carácter de víctima en sí mismo, lo que activa la red. De hecho, la energía que circula por ella es, precisamente, muy activa.
Todo esto fue muy claro en muchas de las marchas y actividades de Cromañón. Las vidas convocadas seguían la línea de las vidas perdidas. Sólo que para que esto ocurriera, para que este reconocimiento entre vidas surgiera, fue necesario que las vidas no se hubiesen reducido a meros individuos. La silueta de una vida, recompuesta por todos quienes formaban parte constitutiva de ella, nos entrega un cuerpo colectivo que testimonia lo que sucedía en torno a ese otro cuerpo cegado: tíos, compañeros de colegio, amigos del club, vecinos. Todo aquello que se prolonga por contigüidad sucesiva en esta silueta-red es esa trama sin la cual no sería posible la lucha.
éstas notas pueden ser reproducidas libremente, total o parcialmente (siempre que sea con fines no comerciales), aunque agradeceríamos que citaran la fuente.
Citando la fuente www.lavaca.org.
Vaticinan nueva caza de brujas y de 'quinta columnas' en Estados Unidos
Construyen una red de prisiones para el Pentágono en otro negocio de la Halliburton y Dean Cheney
El gobierno de Bush se propone construir una red de nuevos centros de detención para un misterioso ?desarrollo rápido de nuevos programas? dentro de EEUU. Se trata de un proyecto semi-secreto de nuevas cárceles donde el Pentágono podría recluir a disidentes y ?quinta columnistas? y entre sus huéspedes hasta podrían caber los escasos periodistas independientes que sacan la voz en ese país.
El Pentágono o ministerio de Defensa de EEUU se está convirtiendo en un gran policía mundial, pero también asumió de facto esa misma tarea dentro de EEUU Su jefe, el ministro Donald Rumsfeld, teoriza con frecuencia sobre el daño que le infligen el periodismo independiente y las redes de Internet a la eficacia salvadora de la ?Guerra al Terror? que alienta la Casa Blanca. Como remedio, impulsa el control de la información periodística y la puesta en marcha de amplias ?operaciones psicológicas?, dentro y fuera de EEUU.
Todos estos aspectos de la política interna de EEUU no se debaten en los grandes medios y son absolutamente desconocidos para la gran mayoría de los ciudadanos de ese país, hipnotizados por la propaganda del miedo y el lavado de cerebro masivo. Pero hay periodistas independientes, como Nat Parry, del periódico electrónico www.ConsortiunNews.com, que todavía indagan y escriben notas esclarecedoras como esta muestra de periodismo de investigación
Extraido de http://www.argenpress.info
Papeleras
LA AUTORA DE ESTE MENSAJE ES UNA CONOCIDA URUGUAYA.
No me paga el Gobierno de Entre Ríos, ni me inspira una actitud opositora al Gobierno oriental votado por la mayoría de nosotros.
Tampoco escribo con algún reproche hacia los que aceptan trabajar para una industria contaminante cuando se los obliga a elegir entre la expansión del cáncer dentro de diez años o el hambre hoy. Ellos son las víctimas, no los responsables.
Simplemente escribo esto porque sé que lo que va a ocurrir en Fray Bentos. Es una tragedia sin precedentes para todos nosotros; que aumentará además la extranjerización de la tierra y seguirá expulsando a la gente del campo. Caminé por muchos lados y sé de lo que hablo. Soy abuela, por eso no debo callar. Además no hacen falta en el mundo más fábricas de papel. De cada diez bobinas de papel que se producen en el mundo, una se utiliza para impresión de libros, cuadernos, folletos, diarios, recibos, facturas, papel higiénico, papel de uso
sanitario y clínico, etc, y nueve para embalaje lujoso de artículos innecesarios que se consumen principalmente en las grandes ciudades del Norte.
Estadísticamente, un ciudadano norteamericano consume cien veces más papel que un uruguayo, pero no lee cien veces más. Cada papel grueso, con rebordes dorados y relieves en colores que rodea un regalito suntuario en Oslo o Copenhague, tiene una lágrima de una mamá del tercer mundo cuyo hijo contrajo leucemia por los venenos de las plantas de celulosa.
Hay tres tecnologías para separar la celulosa de la lignina en la madera:
a) con cloro elemental. Es la más nociva, existe en varios países inclusive en la Argentina, pero las fábricas que lo emplean son de dimensiones relativamente pequeñas.
b) con dióxido de cloro (tecnología ECF) como la que va a instalar Botnia en Fray Bentos. Es 20% menos contaminante, pero la de Fray Bentos será la más grande de América y por ello contaminará a una escala pavorosa.
c) Libre de todo tipo de cloro (tecnología TCF) que es la más cara y la única con niveles bajos de contaminación. La fábrica de Botnia en Fray Bentos es un crimen de lesa humanida contra la población uruguaya y entrerriana porque: Toma diariamente del Río Uruguay el mismo volumen de agua que todas las ciudades costeras, vertiendo al río diariamente ese mismo volumen contaminado y a altas temperaturas. Los niveles de contaminación son acumulativos y los censores para captar impactos ambientales tempranos no existen en la región (los impactos ambientales irreversibles los va a captar la población antes que la DINAMA).
Después los 'científicos' a sueldo dirán lo mismo que dicen hoy sobre los agroquímicos en el rancherío de Las Láminas de Bella Unión: 'no hay pruebas de que Botnia sea causante del elevado aumento del cáncer infantil'.
Botnia liquida Las Cañas, Mbopicuá y toda posibilidad de turismo en la zona así como la pesca artesanal que es fuente de trabajo de cientos de compatriotas. Botnia generará olores nauseabundos permanentes, lluvias ácidas que liquidarán la agricultura y la apicultura después los excedentes contaminantes no declarados 'caerán accidentalmente' en el río (ya están preparados los titulares de los diarios, ¡lo han hecho tantas veces!): tragedia ambiental en el Río Uruguay: las empresas y el gobierno reciben asistencia internacional para mitigar sus impactos: expertos de Finlandia y los Estados Unidos llegaron esta mañana'. Pero estamos hablando de un monstruo de ochenta manzanas de extensión;
la cantidad de monocultivos, de eucaliptos sembrados alcanza apenas para dos años de su consumo, y la vida útil de sus instalaciones según dice Faroppa es de 50 años.
Así que una de dos: o se aumenta el área ya invadida de monocultivos (con su secuela de sequía, agroquímicos cancerígenos y trabajo esclavo) o se resiembra con venenos aún más potentes y eucaliptos genéticamente modificados para aguantar las nuevas dosis. Botnia ayudará a matar el paisaje gaucho de la pradera y las posibilidades de un turismo natural. El agua potable desaparecerá del todo (ya está desapareciendo de las zonas forestadas); y con el Río Uruguay contaminado, habrá que traer camiones cisternas de Tacuarembó con agua potable mientras allá aguanten. El pronóstico social es tan claro como el ambiental: dos años de bonanza por los puestos en la construcción (eso reactiva temporalmente toda la economía local), un brusco descenso del trabajo al tercer año, pero ya para entonces tras
la plata dulce llegó la delincuencia de la región a instalarse, y después la desesperanza y la violencia entre cloacas malolientes. El convenio marco que firmó el Gobierno del Dr Batlle con Finlandia y que sigue vigente compromete al Estado uruguayo a resarcir al capital
privado finlandés por cualquier alteración de las condiciones sociales o legales que perjudiquen el lucro esperado por dicho capital. Si se quisiera frenar la expansión del monocultivo, (o sea, si cambiaran las actuales directivas del Gobierno que siguen autorizando la
extranjerización de la tierra) habrá que pagar el 'lucro cesante' de Botnia.
Med. Vet. Maria Carolina Grosso Dpto. Anatomia Animal
U.N.R.C.
enviado por los padres de Cromagnon
AQUÍ ESTAMOS PRESENTES LAS VICTIMAS, NO LOS VICTIMARIOS
Hace 14 meses comenzó uno de los lutos màs inexplicales de la Argentina. Casi 200 chicos, que sólo querìan divertirse, encontraron la muerte en una gran telaraña, tejida con los hilos màs fuertes que tiene la corrupción.
Porque hemos aprendido que LA CORRUPCION MATA.
En nuestros corazones están nuestros chicos muertos y hoy dan testimonio los familiares y sobrevivientes de la masacre aquí reunidos. En definitiva, están aquí las víctimas, acompañadas por quienes han entendido que, de muchas maneras, todos somos sobrevivientes..
Nuestros chicos.. Aquellos 194 que nos fueron arrancados. Están aquì también, los que conservaron la vida a costa de tener grabado el horror en sus rostros, las familias que lloran muerte, y las cuatro mil familias que conviven con el horror o la muerte en vida. Todos parecen haberse borrado de la memoria de la ciudad y algunos de sus vecinos, engañados por un aparato de prensa que pagan con sus impuestos..
El 30 de diciembre, los que murieron, los que sobrevivieron y sus familias eran inocentes. Todos éramos y somos inocentes. Y esto no debe olvidarse jamás.
Sin embargo, aparecemos hoy como culpables y así Ibarra y sus defensores nos han acusado de ser: culpables de un golpe institucional; culpables de impedirle a un mandatario elegido concluir su mandato; culpables de promover un juicio político que no guardaría las formas; culpables de pretender remover a un jefe de gobierno por mal desempeño; culpables de dificultar acuerdos de reparto de poder preexistentes a sus reclamos.
De esta tergiversación de la verdad, debe recordarse que estos "culpables" son sólo víctimas.
"REIVINDICAMOS LA LEGITIMIDAD INCUESTIONABLE QUE NOS OTORGA LA CONDICION DE VICTIMAS. TODAS LAS VICTIMAS SON VICTIMAS. EL SUFRIMIENTO NO RECONOCE FRONTERAS NI IDEOLOGIAS. DESDE NUESTRA LEGITIMIDAD COMO AFECTADOS SEGUIREMOS INSISTIENDO".
¡Qué paradoja! Lo que acabamos de decir es una textual reproducción de lo que han dicho al Parlamento español los afectados por los hechos del 11 de marzo de 2004 en Atocha.
Desde el lugar de víctimas decidimos, a poco de enterrar a nuestros pibes y en conjunto con los sobrevivientes, exigir todas las responsabilidades èticas, penales y políticas. Pero al llegar a estas últimas, creyendo en la Constitución, se nos imputó de golpistas, macristas, animados por la venganza, violentos.
Què peor violencia que la muerte violenta y absolutamente evitable, de parte del futuro del paìs. Nosotros somos los violentados por ese hecho y los que siguieron.Violencia es ver al suspendido, amigo de Kirchner, comprando el hambre de nuestra gente, obligada a asistir a sus marchas a cambio de una bolsa de comida o de sostenimiento de un plan Jefes y Jefas; para no hablar de los empleados de gobierno de la ciudad amenazados con la pérdida de sus puestos de trabajo. Esto es violencia contra los trabajadores y tambièn contra nosotros.
Violencia es la promesa incumplida de Kirchner cuando en la Catedral Metropolitana prometiò ocuparse permanentemente del caso. ¿Còmo se ocupó? ¿Hablando de los derechos humanos de otras èpocas, bajando los cuadros de los asesinos del 70 pero encubriendo las maniobras del responsable polìtico de una masacre evitable en el 2004?
Violencia es el pacto de impunidad, Fernández, Fernández, Kirchner.
Ibarra, lejos de ser una vìctima, es parte de un sistema corrupto, gracias al cual cientos de casos son silenciados, mediante mecanismos que garantizan la impunidad.
Hemos aprendido que la corrupcion mata.
Mata creando zonas liberadas para sus negocios sucios.
Mata cuando destruye la dignidad comprando voluntades
Mata cuando no respeta la Constitucion y pretende hacernos creer que nuestras exigencias son un golpe institucional y no un legitimo derecho.
Mata cuando falsea los hechos y censura nuestra voz, en absoluto contraste con la presencia continua de Ibarra en los medios.
Por todo esto pedimos cuentas.
Pedir cuentas no es golpismo.. Es un derecho de petición consagrado desde hace dos siglos en la Constitución. Y cuando el paso fue dado por los legisladores que entendieron pertinente examinar la responsabilidad de Ibarra, se lo calificó de golpe, subversión, afrenta a la institucionalidad.
Ese reclamo es legítimo y es propio de las victimas. Es inajenable, inapropiable. Sólo a ellas les pertenece. De ninguna manera cabe asignarlo a pertenencias políticas o de cualquier otro sesgo. Dicen quienes lloran muertos en Atocha: "en el intento de usurpar la voz de los afectados, de deslegitimarlos, de someterlos a un juego político ajeno y de intentar encasillarlos en tal o cual opción, los usurpadores se denuncian: es su guerra no la de las victimas".
Nuestra opcion politica es por la verdad y la justicia, que hoy se expresa entre otras acciones, en la exigencia de destitucion del suspendido Ibarra, en base a las innumerables pruebas acerca de los hechos, presentadas. Esa es nuestra opcion politica, y quienes piensen igual que nosotros, están a tiempo de acompañarnos.
Según han entendido un conjunto de legisladores, en base a las pruebas presentadas en el Juicio Político, se confirman nuestras denuncias, porque::
- Existió un mal desempeño del gobernante, cuando el local que fue la tumba de nuestros hijos y el instrumento de suplicio de quienes los sobrevivieron, nunca tuvo inspecciones.
- Se confirmaron las suposiciones de que el otro local del mismo empresario gozó de similares beneficios, evitando clausuras por órdenes superiores transmitidas por handy. Esto, en castellano, se llama corrupcion. Y la corrupcion mata.
- Se confirmó la responsabilidad de Ibarra que decidió el pase a disponibilidad de 580 inspectores, atribuyéndoles ser un focazo de corrupción, pero al mismo tiempo sin sumariarlos ni denunciarlos penalmente, ni privarlos de su remuneración.
- Se ratificó que correspondía la responsabilidad de Ibarra cuando a los 30 inspectores reemplazantes, les prohibió actuar de oficio delegando en los hechos el poder de policía en el ciudadano con sus denuncias.
Y todo estos actos realizados para concentrar el control y la caja en unas pocas personas, cuyo unico merito radicaba en estar vinculadas con él a través de nexos familiares o afectivos.
Por esto, la corrupción mata.
- Se ratificó que esta responsabilidad llegaba al jefe de gobierno, cuando recibió personalmente 16 alertas específicas de que algo como Cromañon le iba a ocurrir a la ciudad, y nada hizo. Se lo dijo la Defensoría del Pueblo, la Legislatura, la Auditoria, la Asociación de Abogados, el Poder Judicial, los diarios, las cartas documentos, etc. Etc.
- Se confirmó la responsabilidad de Ibarra como responsable máximo al desentenderse de la suerte de las vìctimas la noche del 30, pero procurando a la 1,30 de la mañana conocer el nombre del fiscal y luego dedicarse a organizar el mensaje comunicacional de la masacre. Esa inacción, ese menosprecio, mató a muchos de los que hoy podrían estar vivos. Ni siquiera clasificaron a los chicos vivos o muertos, provocando un caudal de víctimas mucho mayor. El 40% de los chicos murieron rescatando chicos.
Todas estas afirmaciones están confirmadas en estas jornadas a través de las versiones taquigráficas, los diarios, las transmisiones televisivas, el testimonio de las víctimas.
De la vergonzante defensa, sólo escuchamos generalidades, un análisis superficial y conceptos políticos no relacionados a los hechos: las decisiones u omisiones previas, durante y posteriores a la masacre.
De Ibarra, lo único que hemos escuchado han sido sus antecedentes en la función pública, pero no su descargo por las causales concretas que motivaron el juicio político. Si esos antecedentes fueran tan valiosos, lo hubieran obligado doblemente a realmente desmantelar la corrupciòn, a realmente ponerse a disposición de las victimas, a realmente iniciar sumarios a sus funcionarios, a realmente presentarse ante la Justicia Penal de manera espontánea.. A realmente acatar el mecanismo constitucional que èl mismo contribuyò a votar en su momento.
Hemos debido escuchar que realizase el absurdo de comparar su situación con el genocidio nazi, tratando de transformase de victimario en víctima.
Strassera en su rol de vocero, mostró su peor faceta, la previa al juicio a las juntas. Su peor fachada de juez del proceso militar que denegó habeas corpus y que juró por los estatutos militares. Posteriormente, bajo gobierno de Alfonsin, tuvo la oportunidad, siendo aun fiscal, de trabajar por la anulacion de las Leyes de Punto Final y Obedeciencia Debida. Y abandonò esta tarea garantizando la impunidad de los genocidas, ofendiendo asi la memoria de los muertos de ayer, como hoy ofende la de nuestros muertos.
Hemos debido escuchar que siempre existió negligencia y corrupción y concluir el por qué ahora le toca a Ibarra. Es decir: como siempre todo estuvo mal, ¿por què juzgar al pobrecito Ibarra? Solamente por el detalle de haber facilitado 194 muertes, detalle que ninguno de sus defensores se atrevió a nombrar. Tampoco hubo una sola mencion entre los defensores de suspendido, a los miles de sobrevivientes. Solo razonaron para asustar a quienes deben tomar decisiones èticas para dejar sentado un precedente. Un precedente sì, pero no de golpismo, sino de que un gobernante dé cuenta de sus actos.
Le costò al juez Maier lograr un juicio político imparcial, por las maniobras y fraudes que la defensa cometió fuera del recinto, vía preparación de testigos, presiones, silenciando, efectuando maniobras mediáticas; pese a esto el juicio se desplegó con contundencia respetando el debido proceso. . Tanta que si sólo fuera la verdad sobre los hechos lo que guíe el veredicto de los diputados, el resultado sería unánimemente anticipable.
Lejos de los hechos que provocaron la muerte de nuestros hijos, los fondos que podrian destinarse a la atencion integral de los sobrevivientes, permiten empapelar la Ciudad de afiches y carteles, movilizar gente, pagar solicitadas, abonar altísimos honorarios de abogados de los procesados. Sale de los fondos que nosotros aportamos y que deben estar destinados a paliar la pobreza, dar educación y trabajo a millones de desempleados. La corrupcion, ademas de matar, encubre y miente.
La defensa de la corporación política ha quedado plasmada ayer martes mismo, mediante dos solicitadas, por las que algunos diputados y senadores han exigido que la negligencia o corrupción de un gobierno se evalúe sólo a través del voto , evitando tener que dar cuenta de sus actos mediante la institución del juicio político.
A la sociedad le pedimos que nos acompañe en el reclamo, y que exija independencia de criterio, sin presiones de Kirchner y sus amigos. Que exija explicaciones tanto a los borocotos como a los romagnolis.
Queremos ayudar a cambiar la forma de hacer política. Que los dirigentes rindan cuentas de sus actos negligentes y/o corruptos. No más Magdalena, no más Rio Tercero, no mas Rio Turbio, no más gatillo fácil, no más Las Heras, , no más Cromañon.
Eso queremos nosotros, las victimas, puestas ahora en victimarios por un poder político que tiene gran parte de los medios de comunicación en sus manos. Somos la voz de los que ya no pueden hablar.
Esta voz, la seguiremos levantando sea cual sea el resultado de la votación el 10 de marzo.
Lo destituyan o no a Ibarra, le decimos a los Kirchner, Fernández y la llamada "clase política": allì no para nuestra lucha contra la impunidad.
Sin eludir, como siempre, a todos los responsables de la masacre, decimos hoy
No hay Chabanes sin Ibarras
La corrupción mata
Destitución a Ibarra por mal desempeño, e inhabilitación para ocupar cargos por 10 años, como solicitó la fiscalìa
No a los pactos de impunidad
Los chicos presentes ahora y siempre
Colectivo Situaciones
La metáfora (sin metáfora) de Cromañón
¿Cómo entender 194 muertes absurdas frente a las cuales muchos sobrevivientes y familiares rechazan la resignación y la impotencia? ¿Cómo lidiar con el dolor y producir, en medio de tanta muerte, alguna luz? Este trabajo elaborado por el Colectivo Situaciones forma parte del libro ?Generación Cromañón-Lecciones de resistencia, solidaridad y rocanrol? editado por lavaca. las víctimas, el cinismo, el sigificado de ser joven hoy y aquí, la relación con los adultos, la cuestión de la responsabilidad, y los labertinos de la Argentina trucha, las resistencias: una mirada que ayuda a pensar y comprender mucho de lo que está pasando.
Hace menos de un año publicamos junto a los amigos de lavaca un cuaderno en torno a la experiencia de las presas por manifestar frente a la Legislatura porteña y las presas por reclamar trabajo en Caleta Olivia. El texto estaba centrado en sus testimonios. Como parte de la discusión que fuimos desarrollando en ese momento surgió la imagen de un Agujero Negro como metáfora de la situación en la que un grupo de personas son condenadas a la total oscuridad como modo de desarmar las resistencias.
A pocas semanas de haber sido publicado el cuaderno sucedió Cromañón. Desde el principio, y básicamente por la cantidad de amigos y parientes que estuvieron o pudieron haber estado allí, quedamos encerrados en una larga y angustiada interrogación: ¿cómo entender lo que sucedió? Tuvimos entonces la percepción de que aquella lógica que habíamos llamado Agujero Negro volvía a activarse. Pero esta vez no era el silencio, sino el palabrerío mediático lo que ocultaba la posibilidad de producir un testimonio vivo.
Luego, cuando las primeras marchas empezaron a ocupar las calles de la ciudad, se hizo posible pensar de otro modo el asunto. Y nos fueron surgiendo preguntas más concretas. ¿Cromañón muestra estilos de vida que hasta ahora no habíamos considerado?, ¿cómo crear las condiciones para producir un testimonio a partir de las luchas desencadenadas por la masacre?, ¿es posible que la fiesta sea ahora expropiada en nombre de la ?seguridad??, ¿surge un nuevo criterio de responsabilidad al interior de la elaboración de los rockeros, los ?sobrevivientes?, las familias, los amigos? ¿Se percibe, a partir de Cromañón, un modo activo de lidiar con el dolor capaz de producir, en medio de tanta muerte, alguna luz?
Los extractos que siguen surgieron de una larga conversación entre lavaca y el Colectivo Situaciones luego de haber leído todos los testimonios que se publican en este cuaderno.
Colectivo Situaciones
1.
?Los de Cromañón?
¿De quiénes hablamos cuando nombramos a los ?afectados de Cromañón?? Parece, por los testimonios, que ?de Cromañón? se es en diferentes modos o niveles: los pibes y pibas que sobrevivieron, sus amigos y familiares, las familias y amigos de los muertos y heridos, pero también quienes suelen ir pero ese día no fueron, más todos aquellos que han sentido que su colegio o su banda están permanentemente en estado-cromañón, es decir, al borde de una catástrofe por el sólo hecho de habitar unas condiciones de existencia ultraprecarias. Cromañon, entonces, es el nombre de una tragedia que se derrama por el cuerpo social descubriendo, a su paso, nuestra calidad de ciudadanos del capitalismo esencialmente trucho.
2.Mirada fría
Los testimonios revelan un sufrimiento que se inscribe en mecanismos sociales más generales: la ?mirada fría?, el descubrimiento de la indiferencia social. No es sorprendente: ¿por qué iban a descubrirla antes? Y, sin embargo, es notable cómo este descubrimiento trae consigo otros tantos, como la constatación de que son muchos los que han conocido sufrimientos enormes y que al denunciarlos como injusticias han sentido esta frialdad en las miradas.
El padecimiento da lugar a un replanteo. Se percibe hasta qué punto denunciar la tragedia como una injusticia vivida inscribe a quien lo hace en una cadena más amplia de luchas sociales. Así, al descubrir la frialdad de la mirada, se recorre, sin saberlo, un camino de iniciación de una experiencia directamente política. La nueva experiencia se pliega y alarga en un recorrido que muchos intentaron antes con diverso éxito. Esta transformación de la mirada es dolorosa porque implica re-vivir la indiferencia del pasado con una nueva vergüenza: la de haber aplicado a otros, alguna vez, esta misma frialdad. Algún testimonio dice: ?los pibes no nos dan bola?. Otro chico continúa la reflexión: ?lo entiendo, porque yo tampoco iba al Puente Pueyrredón?. La madre de Bru dice que ella ?veía a esas Madres?? con distancia y cuando después llegaron sus marchas dijo: ?ahora entiendo por qué las anteriores marcharon?.
3. Descubrir el cinismo
Los familiares, amigos y compañeros de los desaparecidos de los ´70, particularmente las Madres, descubrieron que los asesinatos y desapariciones sufridas no fueron tragedias personales, sino fenómenos inscriptos en una lógica social perversa. La mirada fría es parte constitutiva de esa perversión. Entonces se suponía que el subversivo (el ?pre? desaparecido) merecía, de algún modo, una sanción por los ímpetus y las modalidades de su desacato. Parte de la población aceptó el sacrificio.
Si en los años ´70 la existencia de una cierta trama social permitió que el drama se produjera con el lenguaje de la lucha política, con actores claramente autoidentificados con la imagen del mundo que querían construir, décadas después, el Agujero Negro ?la máquina sacrificial? devora vidas muy diferentes. Vidas que transcurren en un suelo muy distinto, tejido de precariedades varias. ?Los de Cromañón? sufrirán otro modo de la frialdad, que precisamos comprender. Algunos de los sobrevivientes de los 70, por ejemplo, verán en ellos jóvenes despolitizados. Otros sospecharán que son las formas actuales de ?ser joven? las culpables de lo ocurrido. Como si esos modos descuidados de vida actuales hubieran recibido un castigo bíblico por su manera amenazante de abandonar ?o evidenciar la caída de? ciertos códigos sociales. Finalmente: ¿tienen derecho estas personas a ocupar las calles del modo en que lo hacen?
Son existencias que deben ponerse por encima o afirmarse por debajo de estas miradas sancionadoras (hoy también culpabilizadas ante la tragedia), para permitirse el replanteo de lo sucedido y descubrir las fuerzas que operan, cada vez, produciendo el agujero oscuro.
4. ?Hay que empezar a vivir?
Hay una necesidad de salir muy rápidamente del tema del duelo. No se trata de olvidar la tragedia, sino de elaborarla a otra velocidad. Respecto de las formas de vivir el dolor en experiencias pasadas, aparece una diferencia fuerte. Una necesidad de ?irse de ahí?. Como si el planeta-Cromañón tuviera un poder maléfico: amenaza a las vidas que allí fueron cercadas con no dejarlas escapar. Hay una sensación de asfixia en cada vuelta a esos sitios. Una de las chicas dice: ?No voy al psicólogo porque es volver ahí. A partir de esto hay que empezar a vivir, ya no podemos seguir sobreviviendo?.
Lo que convoca, entonces, no es la tragedia, sino la necesidad que le sigue: el intento por convertir una forma del dolor que liga y fija a la muerte por otra que se deslice hacia algún modo, no menos doloroso, de retomar las vidas. Muchas veces, en los testimonios, los pibes niegan nombrarse como sobrevivientes.
Lo notable es cómo funciona esta suerte de politización desde el dolor que hace años se multiplica en Argentina. Una y otra vez emerge un enorme ?saber hacer? disponible para el encuentro, la denuncia, la expresión, la convocatoria. La velocidad en que toma cuerpo todo esto es vertiginosa. No hay manual, pero esos modos de hacerse notar en la ciudad están al alcance de la mano, funcionan.
5. De adentro, de afuera
Un testimonio se detiene en la diferencia entre las reacciones de dos policías distintos. Uno de ellos, tío de una de las chicas, se puso a sacar pibes del incendio. Otro, según cuentan, dijo que se rajaba... y se rajó. Más allá de toda consideración judicial, formal, esta distinción abre la posibilidad de pensar la cuestión de la responsabilidad tal como surge de los sucesos mismos de Cromañón. La piba dice: ?Yo odio a los policías, son unos hijos de puta, pero mi tío que es policía vino y empezó a sacar chicos?.
¿Cabe extender este modo de razonar para considerar las formas en que músicos, empresarios, enfermeros, bomberos, legisladores y funcionarios actuaron antes, durante y después del desastre?
¿Y no cabe, acaso, extender este mismo criterio a quienes escriben y hablan sobre Cromañón?
Cromañón nos muestra la existencia de una ética de la desesperación que pasa por el estar allí, y por el indudable heroísmo desplegado, pero también ?y sobre todo? por aceptar que es en ese terreno desesperado donde se elaboran los modos de entender, sentir y actuar.
6. Vidas callejeras, cálculos cortos
Cromañón plantea la cuestión de la muerte joven. Muertes que complementan vidas callejeras, sin horizonte largo, existencias repletas de posibilidades más o menos fragmentadas, con laburos de 14 horas. Aunque se quiera y se obedezca, los tiempos que quedan se hacen cortos.
Si antiguamente se concebía la adolescencia como un período preparatorio para ingresar al mundo de la adultez, la paradójica situación actual vuelve a ese mundo inmediatamente accesible a la vez que lo descubre en su total inconsistencia.
¿A título de qué estas vidas de horizonte abreviado harían cálculos de largo plazo? Lo que para unas generaciones se vive como horror y amputación, para otras es punto de partida de un tiempo real de existencia. Cada cual se configura con la temporalidad que tiene a mano. Si se trata del tiempo de la fiesta, la fiesta se vuelve desesperada, porque la vida tiene ese tono. Y los cálculos son interiores a ese modo de ser del tiempo.
Toda generación introduce un desacuerdo relativamente insoluble con las demás. Pero la modificación a la que nos toca asistir requiere mucha atención, mucha proximidad, porque amenaza con diluir las invariantes mismas que nos permitían hablar hasta ahora de ?generaciones?.
De hecho, la actual variación de los modos de vivir el tiempo y el espacio, así como el conjunto de los cálculos de vida implicados, surge de un agotamiento de los mecanismos tradicionales de asignar a cada quien un lugar y un futuro.
¿Cómo se realizan los cálculos vitales en un tiempo desreglado, en un espacio atravesado por fuerzas plásticas que posibilitan nuevas libertades pero también nuevas tiranías?
Si el tiempo a calcular es el de lo que pasa ?ahora?, antes del próximo cambio de pantalla, si todo cambio aparece como incalculable hasta que ocurre, entonces, el tiempo efectivo es el que está transcurriendo. El tiempo y el espacio del acto es el de un presente radical. La fiesta, así vivida, busca intensidad ya mismo. ¿Incluye este modo de la fiesta un cálculo sobre los cuidados, internamente establecidos, de esa diversión? Si las cosas se presentan así (?hasta que no te tocan, no te pasan?), esos cuidados parecen ser posibles sólo a condición de estar muy próximos a esa manera de diversión.
7. Criar a los adultos
Los discursos que nos llegan de tiempos pretéritos cuentan historias de familias opresivas que reproducían el orden social, y de jóvenes que se rebelaban contra ambas instancias igualmente domesticadoras. Poco queda de estas opresiones y, por tanto, de aquellas rebeliones. Tanto la familia ?o lo que pueda considerarse como tal? como el rock, por igual, son terrenos donde transcurren las propias vidas. La familia, sin embargo, ya no es la vía que garantiza la conexión de los jóvenes a una comunidad. Una inversión extraña parece haberse operado: son más bien los pibes quienes intentan inscribir a la familia en la realidad social. Da la impresión, incluso, de que son los pibes quienes crían a sus padres. Los ?adultos? no pueden contarles lo que es la vida a los pibes, sino que las cosas se dan un poco al revés. Las preguntas con las que una generación revela progresivamente los sentidos del mundo a la que la continúa han cambiado de dirección y parecen ser los chicos los que saben algo más del presente. Esta situación transforma radicalmente el significado de la resistencia contracultural de las décadas pasadas.
Todo lo anterior resultó especialmente evidente durante los conflictos que se sucedieron este año en quince colegios de Buenos Aires. Los pibes se movilizaron, debatieron, interpelaron y, finalmente, convocaron a los padres para que trabajen con y para ellos. Una escena repetida muestra a un pibe encarando al director de su escuela: ?usted es un hijo de puta, no está poniendo el matafuego; usted es el director, yo soy un alumno?. Se trata de una imagen pos-cromañón: el vínculo entre los cuidados y la denuncia de las formas de destrucción propias del ?capitalismo trucho?. La consigna ?basta de corrupción, la gente no es basura? señaló una lógica de funcionamiento: hay corrupción, la gente es considerada basura.
Que esto suceda en los colegios de la misma ciudad que fue sacudida por Cromañón habla por sí solo. De allí que haya algo cómico y patético en las propuestas que hablan de restituir la autoridad de los adultos y las instituciones, sin verificar la magnitud de lo que se ha roto. Sin registrar ese discurso implícito que dice: ?vos no me podés enseñar nada que yo no sé. Y es más, yo sé algo que vos no sabés?. En el caso del colegio Mariano Acosta, los pibes terminaron haciendo la presentación judicial y la jueza les dio la razón.
En la película Sexto sentido, un niño que puede ver a los muertos se relaciona con un psicólogo. Hacia el final, el psicólogo se da cuenta de que algo anda mal. El pibe sabe algo que él no percibe. Por fin averigua de qué se trata: el psicólogo mismo es uno de esos muertos con los que el pibe se relaciona. Buena parte de la sociedad se relaciona hoy con los pibes como el psicólogo de Sexto sentido: ya sin capacidad de ver la muerte, de rebelarse ante ella. Como si los pibes se estuvieran haciendo cargo de nuestras muertes no sabidas aún.
8. La resistencias en la Argentina trucha
Cromañón revela una realidad cruda: la normalización de la que se habla hoy ?tras la crisis del 2001? no pasa de ser un doblez en el capitalismo hiperprecario. Su propia trama jurídica, empresarial, mediática, política invita a la tragedia y la tragedia, a su vez, ilumina en todo su alcance la devastación. Cromañón es un momento concreto de ese modo de gestión de la existencia hiperprecaria.
Hace largos años que vemos desplegarse una politización que surge ante la tragedia y Cromañón hace de espejo a todos los elementos de esa politización: aquella que surge en medio de la precariedad y, alcanzada por la catástrofe, se abre desde el dolor hacia lo público sin respetar las vías instituidas. La politización de lo íntimo indefine las reglas de juego y requiere una sensibilidad muy singular para evitar caer en el esquema de los medios.
Se trata de un aprendizaje doloroso, que convierte su cercanía a la muerte en motivo de continuidad vital, y que debe afrontar, en su trayecto, la frialdad de las miradas y la complejidad política de las estrategias puestas en marcha por los otros, que consisten en fijar a las víctimas a su condición, en impedir la conversión, es decir, en convalidar el sacrificio.
Este nuevo protagonismo que emerge del dolor posee una capacidad brutal de elaboración: aprende en corto tiempo el contenido trágico de la precariedad, experimenta la necesidad de convertir el dolor íntimo ligado a la muerte en un dolor colectivo, público, capaz de dar lugar a la lucha, y provoca una destitución de lo político estatal revelando el juego de un poder que simula cuidar la sociedad mientras derrocha sus posibilidades en roscas interminables. Que haya renacido en esas marchas el ?¡Que se vayan todos!? señala este hartazgo desesperado y permite retomar la palabra y la calle.
Se ha desarrollado, entonces, un ?saber-hacer? de las resistencias en Argentina. De modo tal que, a pesar de que uno crea que nunca le va a tocar, cuando toca, se sabe qué hacer. Y no es que haya un grupo delimitado ofreciendo estos saberes: se ha formado algo así como un saber ambiente.
En medio del luto generalizado, se propuso, en un momento, ?vamos a hacer una muestra de fotos?, y en menos de tres meses la muestra ya estaba armada. Hoy en día la capacidad de acción de la gente que tendría que estar inmovilizada por el dolor resulta lo más potente de estos procesos.
9. Responsabilidad
Estar adentro obliga. Claro que el estado, en la misma medida en que gestiona la trama precaria del capitalismo trucho y está él mismo tejido en ese material, ha quedado en falta. Esto puede enojar, pero no sorprender. Entre los testimonios se registra esta ambigüedad: de un lado se pide protección y, a la vez, existe un desconcierto general: ?estamos desprotegidos, el Estado mata?. De uno y otro lado surge, entonces, la necesidad del desarrollo de una responsabilidad interior a las resistencias.
En una charla, uno los rockeros retoma esta cuestión a partir de comentar la relación con los cumbieros. Según él, los únicos que no ayudaron en Cromañón fueron la policía y los de la cumbia. Parece que uno de éstos últimos les dijo: ?gato, no saben prender bengalas?, a lo que siguió una previsible golpiza entre quienes se perciben como sectores enemigos. Pero más allá de la intención agresiva, parece que hay algo que escuchar allí: que para hacer la fiesta bien, es preciso aprender a cuidarse con formas y criterios propios. Como si la traducción amigable de ese insulto pudiera ser: ?Si vas a hacer una fiesta, y la querés hacer a tu modo, entonces, tenés que hacerte cargo de ella a tu manera, que no supone que te cuiden de afuera?. De lo contrario, el discurso de la ?seguridad? se hará cargo por medio de prohibiciones de la fiesta. El dilema planteado en términos de una opción entre ?seguridad? y ?tragedia? equivale a una restricción de la cultura de la fiesta por incapacidad de esta última para desarrollar una dimensión de ?autocuidado?.
10. Siluetas colectivas: la red llegó hace rato
Y bien, a pesar de todo, la fiesta sigue. Se la ve, por ejemplo, en el recital de La Renga. Existen canales de comunicación sólo visibles para los que se mueven. Resulta mucho menos perceptible y controlable que las redes organizadas visiblemente. Ni la vemos nosotros ni la ve el enemigo. Su inmaterialidad es su fuerza. No se sabe dónde está y posee una ductilidad plástica de despliegue y repliegue que le garantiza una larga salud. Para verla o para participar de ella la condición es ver el movimiento del que se nutre, participar de él. Si uno no se mueve, la red no se le aparece.
Como si las redes fueran actitud, apta para disponer de recursos materiales, afectivos y simbólicos en cualquier punto, en el momento que se los requiera. Un capital de saberes-hacer cualificado por la multiplicidad de luchas desarrolladas.
Esto, que constituye una vivencia para quienes están en procesos de politización, se torna invisible para quien está pasivo, por fuera. Cada testimonio parece confirmar la impresión del funcionamiento de esta red. Como si a partir de una tragedia, cada quien enfrentara la decisión de convertir su situación de víctima, de afectado, en nodo activo. Es la decisión tomada sobre una contingencia dolorosa más que el carácter de víctima en sí mismo, lo que activa la red. De hecho, la energía que circula por ella es, precisamente, muy activa.
Todo esto fue muy claro en muchas de las marchas y actividades de Cromañón. Las vidas convocadas seguían la línea de las vidas perdidas. Sólo que para que esto ocurriera, para que este reconocimiento entre vidas surgiera, fue necesario que las vidas no se hubiesen reducido a meros individuos. La silueta de una vida, recompuesta por todos quienes formaban parte constitutiva de ella, nos entrega un cuerpo colectivo que testimonia lo que sucedía en torno a ese otro cuerpo cegado: tíos, compañeros de colegio, amigos del club, vecinos. Todo aquello que se prolonga por contigüidad sucesiva en esta silueta-red es esa trama sin la cual no sería posible la lucha.
éstas notas pueden ser reproducidas libremente, total o parcialmente (siempre que sea con fines no comerciales), aunque agradeceríamos que citaran la fuente.
Citando la fuente www.lavaca.org.
Vaticinan nueva caza de brujas y de 'quinta columnas' en Estados Unidos
Construyen una red de prisiones para el Pentágono en otro negocio de la Halliburton y Dean Cheney
El gobierno de Bush se propone construir una red de nuevos centros de detención para un misterioso ?desarrollo rápido de nuevos programas? dentro de EEUU. Se trata de un proyecto semi-secreto de nuevas cárceles donde el Pentágono podría recluir a disidentes y ?quinta columnistas? y entre sus huéspedes hasta podrían caber los escasos periodistas independientes que sacan la voz en ese país.
El Pentágono o ministerio de Defensa de EEUU se está convirtiendo en un gran policía mundial, pero también asumió de facto esa misma tarea dentro de EEUU Su jefe, el ministro Donald Rumsfeld, teoriza con frecuencia sobre el daño que le infligen el periodismo independiente y las redes de Internet a la eficacia salvadora de la ?Guerra al Terror? que alienta la Casa Blanca. Como remedio, impulsa el control de la información periodística y la puesta en marcha de amplias ?operaciones psicológicas?, dentro y fuera de EEUU.
Todos estos aspectos de la política interna de EEUU no se debaten en los grandes medios y son absolutamente desconocidos para la gran mayoría de los ciudadanos de ese país, hipnotizados por la propaganda del miedo y el lavado de cerebro masivo. Pero hay periodistas independientes, como Nat Parry, del periódico electrónico www.ConsortiunNews.com, que todavía indagan y escriben notas esclarecedoras como esta muestra de periodismo de investigación
Extraido de http://www.argenpress.info
Papeleras
LA AUTORA DE ESTE MENSAJE ES UNA CONOCIDA URUGUAYA.
No me paga el Gobierno de Entre Ríos, ni me inspira una actitud opositora al Gobierno oriental votado por la mayoría de nosotros.
Tampoco escribo con algún reproche hacia los que aceptan trabajar para una industria contaminante cuando se los obliga a elegir entre la expansión del cáncer dentro de diez años o el hambre hoy. Ellos son las víctimas, no los responsables.
Simplemente escribo esto porque sé que lo que va a ocurrir en Fray Bentos. Es una tragedia sin precedentes para todos nosotros; que aumentará además la extranjerización de la tierra y seguirá expulsando a la gente del campo. Caminé por muchos lados y sé de lo que hablo. Soy abuela, por eso no debo callar. Además no hacen falta en el mundo más fábricas de papel. De cada diez bobinas de papel que se producen en el mundo, una se utiliza para impresión de libros, cuadernos, folletos, diarios, recibos, facturas, papel higiénico, papel de uso
sanitario y clínico, etc, y nueve para embalaje lujoso de artículos innecesarios que se consumen principalmente en las grandes ciudades del Norte.
Estadísticamente, un ciudadano norteamericano consume cien veces más papel que un uruguayo, pero no lee cien veces más. Cada papel grueso, con rebordes dorados y relieves en colores que rodea un regalito suntuario en Oslo o Copenhague, tiene una lágrima de una mamá del tercer mundo cuyo hijo contrajo leucemia por los venenos de las plantas de celulosa.
Hay tres tecnologías para separar la celulosa de la lignina en la madera:
a) con cloro elemental. Es la más nociva, existe en varios países inclusive en la Argentina, pero las fábricas que lo emplean son de dimensiones relativamente pequeñas.
b) con dióxido de cloro (tecnología ECF) como la que va a instalar Botnia en Fray Bentos. Es 20% menos contaminante, pero la de Fray Bentos será la más grande de América y por ello contaminará a una escala pavorosa.
c) Libre de todo tipo de cloro (tecnología TCF) que es la más cara y la única con niveles bajos de contaminación. La fábrica de Botnia en Fray Bentos es un crimen de lesa humanida contra la población uruguaya y entrerriana porque: Toma diariamente del Río Uruguay el mismo volumen de agua que todas las ciudades costeras, vertiendo al río diariamente ese mismo volumen contaminado y a altas temperaturas. Los niveles de contaminación son acumulativos y los censores para captar impactos ambientales tempranos no existen en la región (los impactos ambientales irreversibles los va a captar la población antes que la DINAMA).
Después los 'científicos' a sueldo dirán lo mismo que dicen hoy sobre los agroquímicos en el rancherío de Las Láminas de Bella Unión: 'no hay pruebas de que Botnia sea causante del elevado aumento del cáncer infantil'.
Botnia liquida Las Cañas, Mbopicuá y toda posibilidad de turismo en la zona así como la pesca artesanal que es fuente de trabajo de cientos de compatriotas. Botnia generará olores nauseabundos permanentes, lluvias ácidas que liquidarán la agricultura y la apicultura después los excedentes contaminantes no declarados 'caerán accidentalmente' en el río (ya están preparados los titulares de los diarios, ¡lo han hecho tantas veces!): tragedia ambiental en el Río Uruguay: las empresas y el gobierno reciben asistencia internacional para mitigar sus impactos: expertos de Finlandia y los Estados Unidos llegaron esta mañana'. Pero estamos hablando de un monstruo de ochenta manzanas de extensión;
la cantidad de monocultivos, de eucaliptos sembrados alcanza apenas para dos años de su consumo, y la vida útil de sus instalaciones según dice Faroppa es de 50 años.
Así que una de dos: o se aumenta el área ya invadida de monocultivos (con su secuela de sequía, agroquímicos cancerígenos y trabajo esclavo) o se resiembra con venenos aún más potentes y eucaliptos genéticamente modificados para aguantar las nuevas dosis. Botnia ayudará a matar el paisaje gaucho de la pradera y las posibilidades de un turismo natural. El agua potable desaparecerá del todo (ya está desapareciendo de las zonas forestadas); y con el Río Uruguay contaminado, habrá que traer camiones cisternas de Tacuarembó con agua potable mientras allá aguanten. El pronóstico social es tan claro como el ambiental: dos años de bonanza por los puestos en la construcción (eso reactiva temporalmente toda la economía local), un brusco descenso del trabajo al tercer año, pero ya para entonces tras
la plata dulce llegó la delincuencia de la región a instalarse, y después la desesperanza y la violencia entre cloacas malolientes. El convenio marco que firmó el Gobierno del Dr Batlle con Finlandia y que sigue vigente compromete al Estado uruguayo a resarcir al capital
privado finlandés por cualquier alteración de las condiciones sociales o legales que perjudiquen el lucro esperado por dicho capital. Si se quisiera frenar la expansión del monocultivo, (o sea, si cambiaran las actuales directivas del Gobierno que siguen autorizando la
extranjerización de la tierra) habrá que pagar el 'lucro cesante' de Botnia.
Med. Vet. Maria Carolina Grosso Dpto. Anatomia Animal
U.N.R.C.